PAJAS MENTALES DE UN PUTO CÍNICO:EL RECONOCIMIENTO MÉDICO

in spanish •  7 years ago 

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EL RECONOCIMIENTO MÉDICO

¿Qué es una prueba médica para conductores? Esa es fácil: una prueba cuyo objetivo es verificar que no eres potencialmente patoso; el objetivo secundario es meter la mano en el bolsillo del conductor para transferirlo a las manos de quién reconoce.

Según algunos pensadores, el orden de objetivos principal y secundario es exactamente el contrario.

Y bien, ¿Cómo se hace dicho reconocimiento? No deberías ir tan deprisa, pues primero toca esperar. Y se trata de una larga espera. Debes antes, llegar a la oficina del centro en cuestión y aguardar, primero, a que se dignen a pronunciar tu nombre. Tras esta primera espera, ya estás listo para comenzar la segunda, donde persistes hasta que por fin te atiendan.

Ante ti, una cola cuasi kilométrica de almas despojadas de aplomo y vida ¿Cuánta gente la forma? Pues más de la deseada. Así que, ármate de paciencia y siéntate junto a ellos, aprovechando para observar como la recepcionista se lima mimosamente las uñas.

El proceso es lento, y la espera puede mutar en infierno. Sin embargo, a la DGT le basta con el leve castigo del purgatorio, y ha dispuesto por ello medios para que la espera se haga más… soportable.

REVISTAS

Un clásico en el arte de matar el tiempo. Es bien sabido que España es país poco lector y solo devoramos la palabra escrita en situaciones de grave emergencia: no hay duda que esta es una de ellas. Aprovechándose de tu necesidad, notas como no se han currado demasiado los materiales para quiénes aguardáis con paciencia: así pues, no hablamos de publicaciones muy entretenidas ni elaboradas. A continuación, algunos ejemplos:

LA INTERVIÚ

En su día, revista que coleccionó numerosos premios periodísticos y gozó de alta popularidad entre la audiencia masculina. Hoy sin embargo, sus lectores ojean sus páginas con fiero esfuerzo por despegarlas. Aunque, bien es cierto que internet la ha dejado atrás-tanto en periodismo como en desnudos gráficos-, sigue cumpliendo una función social incomparable: decorar salas de espera en peluquerías masculinas y lugares tediosos como este, mientras los asistentes se cortan de ojear su contenido por miedo al coactivo que dirán.

EL PERIÓDICO LOCAL

Un sorbo de agua potable que permite enterarse de las rancias novedades de tu vecindario. ¿El problema? Que siempre está pillado. Alguien consigue hacerse con el antes que tú. Un cerdo afortunado que logrará mantenerse cuerdo durante el frío y largo proceso de espera. Él tiene lo que buscas y alimenta tu envidia, dibujando esta un sabio complot para apalizar al suertudo y robar así sus codiciadas páginas. Sin embargo, haces caso omiso de esas imaginaciones.

Prefieres atacar en el momento justo. En cuanto suelte el diario, tendrás tus dos manos ágiles y agresivas para abalanzarte sin piedad sobre el oro periodístico.

¿Has conseguido el éxito? En caso afirmativo, te doy mi enhorabuena-y mi pésame, por tus cutres expectativas- Lo malo del triunfo, es que el resto de los allí sentados te enviarán miradas cargadas con odio e inquina ¿Y lo bueno? Pues exactamente lo mismo que lo malo.

Del tedio nace el odio, y de la diversión el amor-estas en lo cierto: tanto la primera afirmación como la segunda, son una sonora y gran gilipollez-.

LA REVISTA DE LA DGT Y SU TREPIDANTE CONTENIDO

Este material resulta muy útil, pues mantiene vivo el estereotipo de que leer es aburrido. Además, empuja a la acción a aquellos que empezaban a plantearse el suicidio.

La revista de tráfico mantiene el orden social, pues asocia la letra escrita al aburrimiento y disuade a las gentes de culturizarse, manteniendo el mundo desierto de librepensadores y el dominio social en plena forma. ¿Y cómo lo logra? Pues para ello contamos con un rompedor contenido, referente a normativas de circulación y reformas de las mismas.

Puede que así dicho no resulte particularmente erótico, pero cuando uno lleva cuarenta y cinco minutos esperando pacientemente con las manos sobre el regazo, la perspectiva sobre lo divertido y lo aburrido cambia sobremanera.

Y POR FIN ES TU TURNO…

El tan ansiado momento. Cuando llega, oyes un ruido en el ambiente: son tus cadenas que recién acaban de romperse.

Y, ¿PARA QUÉ HAS ESPERADO TANTO?

Pasas por fin al despacho del médico: este, un tipo con voz grave, taciturno y ganas de despacharte cuanto antes, es el tipo de persona que te gusta: un ser sin vocación alguna por su trabajo. Te medirá respiración, latidos del corazón… y comprobará que no padeces ceguera sin saberlo. Finalmente, ordenará que pases a la sala de al lado, donde experimentarás el momento clímax del reconocimiento médico.

¿Clímax? Tampoco te hagas tantas ilusiones. Quizás haya sido una definición un tanto exagerada. Lo que vivirás, será más bien una experiencia en la que estarás sentado en solitario ante unas palanquitas. Tus primeras sospechas, apuntarán a que te tocará jugar una inocente partida de árcade. Rápidamente, tus imberbes conjeturas se vienen abajo, y comprobarás que el auténtico sentido de la prueba es en verdad otro: comprobar que no padeces de mortal y absoluta torpeza.

¿Y en que consiste la prueba en cuestión? Verás: van apareciendo ante tus ojos, unos cochecitos pixelados muy elegantes. ¿Tu objetivo? Simplemente evitar que no se salgan de las vías. Un ejercicio aprobable por cualquiera que no se halle en mitad del coma etílico o en un ataque epiléptico.

Al terminar, la médica comprueba tus resultados y dice algo así como:

-Enhorabuena: estás dentro del límite permitido. Solo has matado ocho viejecitas conduciendo.

Tú, orgulloso de ti mismo, lamentas que no fuesen nueve y vas camino de administración, a recoger el dichoso y necesario papel indicativo de que has pasado la prueba. Pero antes, un mero trámite: debes sacarte una foto.

-¿Cómo me sacarán esa foto?-pregunta una voz en tu cabeza-Te sientas ante una silla. Escuchas un inesperado “Mire allí “y zas. Cazado. Una webcam conseguida de regalo con el suplemento de ABC ha captado tus rasgos faciales. La secretaria imprime tu imagen: ante ti, la miserable foto que lucirás durante los próximos cinco años de carnet.

¡Felicidades! Has pasado la difícil pantalla del reconocimiento. Ahora solo te quedan los insondables mundos del examen teórico y práctico. Y, por si se te olvidaba, llevas gastados trescientos euros.

Para el próximo post,los exámenes teórico y práctico.Otra serie de trepidantes aventuras.

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