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Los árboles dormirán tranquilos. La digitalización avanza a paso raudo, mandando al banquillo a la era de la celulosa. El DIN A4 no volverá a bailar. La nube gobernará nuestras vidas y los avances de la informática, llegarán a áreas de acceso restringido.
Hablo del e-money, tendencia que viene para quedarse.
El dinero está emprendiendo una transformación hacia lo electrónico. Abundan aplicaciones para pagos digitales, desde Amazon, Google, Facebook pasando por Apple y las aplicaciones chinas como Alipay; cualquier gran corporación quiere adentrarse en el negocio del dinero digital.
Para los geeks, esto puede suponer una gran ventaja, pero el ojo atento debe estar siempre alerta ante el riesgo que esto comporta: la hipervigilancia. El registro de todos los pagos y consumos hechos por los ciudadanos, da un enorme poder a las corporaciones y estados, instituciones que de facto, rigen y controlan nuestras vidas como los títeres que somos.
Ya no habrá escapatoria a sus focos.
Los pagos en negro desparecerán. Será imposible realizar esas pequeñas trampillas, picardías necesarias para alcanzar el día 31 ante las chapuceras leyes del poder. ¿Para cuándo este proyecto? Para antes de lo que imaginas. En EEUU, la reserva federal ya está adentrándose en un proyecto de dinero digital llamado FedNow, el cual pretenden implementar en colaboración con empresas privadas. Asimismo, no son pocos los países que han expresado su interés en emitir criptomonedas nacionales bajo control de su banco central, en naciones tan dispares como China e Irán.
El ciudadano se ve atrapado.
No será una transformación inmediata, pero tampoco tardará décadas. Es posible que, a mediados de la próxima década, los pagos en efectivo queden enterrados en el ataúd de la historia. ¿Cómo escapar de la pesadilla? A cada paso que ha dado la tiranía, el ingenio humano ha avanzado dos. Así pues, puede ser ese uno de los fundamentales que impulsen la adopción de criptomonedas, único garante ante un estado cada vez más glotón y devorador de los ciudadanos.
¡La lucha será dura! ¡Debe estar preparado para la criptoresistencia!