Es un sentimiento causante de odio, pero al mismo tiempo un placer digno de disfrute y luego de que te explique las razones te deleitarás en ella.
La ira según la RAE (No textualmente) Es un sentimiento de indignación causante de odio y de apetito de venganza.
La ira al ser un sentimiento funciona por estimulo, es decir, es inevitable no sentir ira, lo que hace un poco ilógico que se tome como pecado ya que sería algo tonto "no airarse" para no pecar. A consecuencia de esto, hay un verso muy famoso el cual es adorado en excusa por los creyentes, dice Efesios 4:26 en la versión Reina Valera: Airaos, pero no pequeis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo. Y luego, casi como por chiste añade en el 4:27: Ni deis lugar al diablo.
El rey del infierno, Satán, se representa a sí mismo por el pecado de la ira, igualmente con el elemento del fuego; estas referencias se agarran bien de la mano, y se hace un poco entendible que quienes sean debotos prevengan el enojo, y no "poner el sol sobre él". Recuerdo qué, mi padre, siempre que yo le ayudaba a trabajar en su carro, me golpeaba con cualquier objeto, y él me regañaba y me decía -Pega un grito, dí c*ño de la madre para que veas que rápido se te pasa.- Y mi madre cuando me veía llegar a casa casi convulsionando por la negligencia de mis profesores -Te va a salir una úlcera.-
Efectivamente, la ira es como inflar un globo y lamentablemente, para los que siguen las leyes bíblicas, pecar junto a la ira es la única manera de liberarse de ella, y creanme, no hay nada más placentero que gritar las verdades a la cara de las personas que se lo merecen, y recalco, MERECEN...
El mandamiento número 4 de la iglesia de Satán de LaVey nos dice: Si un invitado en tu hogar te enfada, tratalo cruelmente y sin piedad. Nos quiere decir con esto, qué, cuando alguien irrumpe nuestra tranquilidad, estándo en nuestro territorio (Sea una vecina chismosa, un familiar intenso o algún religioso irrespetuoso que no comprenda que no es bienvenido), aquella persona es merecedora de recibir la descarga de nuestra ira; más sin embargo, el mandamiento número 3 de la iglesia de Satán dice: Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá. ¡Vamos, la justicia es lo primero! Si somos capaces de descargar nuestra ira, recibir toda aquella complacencia blasfémica inmoral de insultos, gritos, y acciones políticamente incorrectas, debemos estar preparados para recibirlas si cometemos la misma estupidez que nos enojó con otra persona.
Sabiendo todo esto, ¿No es opresión obligarse a sonreirle al que escupe tus pies? ¿Tu le pondrías la otra mejilla al que ya te abofeteó? La justicia de Satán es el ojo por ojo, una filosofía que todo el mundo conoce; se recibe lo que se da.
Cierra tus ojos un momento, piensa en todas las cosas que no dijiste, las cosas que te guardaste, que te estás guardando, y luego imagina el placer de poder sacar ese veneno lentamente. La ira no es más que el acumulador de la exploción de uno de los más grandes placeres que tenemos, el placer de expresarnos, de descargarnos, un placer semejante a un orgazmo.
¿Eres un acumulador o disfrutas del gran orgazmo de tu ira? Déja de culpar a un ser etéreo por un sentimiento humano, deja de creer que lo correcto es acumular veneno en tu corazón. ¡Déjalo fluir, disfruta!