De punta a punta. El viaje

in spanish •  7 years ago  (edited)

Hola estimados steemeans.

Había quedado en contarles las  peripecias de cuando se viaja de punta a punta del país, así que empecemos con esta, la primera parte: el viaje.

Como ya algunos sabrán, vivo en Puerto Peñasco, Sonora en México, y viajé a Cancún, Quintana Roo (pueden checar en los mapitas de los links, dónde se encuentra uno y el otro). Literal, de punta a punta. 

Salir del puerto pesquero en el que vivo es tedioso. El aeropuerto más cercano, el de Mexicali, está a tres o cuatro horas en carro o autobús, pero en lo personal me gusta más irme a Hermosillo. Para llegar allá son de cinco a seis horas. Pero no es porque me guste sufrir, no, sino porque conozco la ciudad un poquito más y allá está mi amiga que me pasea, salimos a comer, me da aventón al aeropuerto y demás. En pocas palabras, nos da gusto vernos porque somos mejores amigas.

Pero para esto, ya llevo seis horas viendo películas en el Albatros (así se llama el autobús que va de Peñasco a Hermosillo), que he de hacer la mención que han mejorado muchísimo en su selección (muchísimo, antes eran insufribles, ahora son muy interesantes) y con el asiento de al lado desocupado. Pero cobarde que soy, y mi amiga conociendo mis resistencias, me invitó una noche de hotel, para que saliera a la mañana siguiente (y también para ir a buscar los mentados zapatos para la boda, porque si traía unos, pero no me convencían por completo).

Al día siguiente, al aeropuerto, que, por andar de confiada, casi no llego. Siempre estoy en aeropuerto hora y media, dos horas antes y ahí me estoy picando los ojos después de dos cafés. Y ahora me dije, con que llegue una hora antes, no creo que haya ningún problema. Pues, si lo hubo. Debido a que era un jueves, se me había olvidado el mundo laboral y escolar entran  justamente a la misma hora en que yo había decidido llegar al aeropuerto (con quince minutos de retraso), entonces había un tráfico ¡horrible! Aparte, habían abierto una zanja, no sé para qué demonios, en una calle, entonces era un colón hasta quien sabe donde. Avanzando de metro en metro, y yo sudando por galones nada más viendo el reloj avanzar. 

 Pero llegué rayando (obvio, si no no estaría tan tranquila contando eso, sino, me hubiera extendido hasta la parte en la que seguro lloro inconsolablemente). Los de Aeroméxico se vieron bastante buena onda; acababan de cerrar el vuelo para documentar, pero bueno como decimos en México "me hicieron el paro" sin siquiera insistirles. Me a tocado ver en otras aerolíneas que no mueven ni un dedo. ¿Saben qué me ayudó? que ya traía impreso mi pase de abordar.

¡Pum! Estamparon mi maleta, le pusieron la hora en grande al pase (sentí como si me anunciaran "si no encuentras tu maleta, ya sabes porqué es"), tragué saliva y me fui a la sala de abordar. Ahí llegó una señora con una maleta más grande que la mía, con actitud de Paris Hilton con las chicas que te forman para entrar «no llegué para documentar ¿se las puedo dejar?». Yo me quedé esperando reacción: las chicas solo asintieron con una sonrisa (forzada, pero sonrisa cordial al fin). A chingá ¿se puede hacer eso? Pensé que la buena mujer era cliente plus, premier o primera clase, pero no; una de tantas de los asientos genéricos turistas. No sé si se sentó en uno de los asiento trece o de los quinces. Yo había escogido en los veintitantos en pasillo, por lo tanto fui de las últimas en pasar.

¿Saben cual es la sensación más hermosa que hay? Cuando cierran la puerta del avión y ves que el asiento junto a ti está vacío, ahora imaginen el éxtasis infantil al descubrir que los dos asientos de tu hilera están desocupados; es prácticamente una cama. Hubo algo de turbulencia ocasional que no me dejaba ni escribir ni leer, así que me dispuse a dormitar, espero no haber roncado. Eso me da mucha pena.

En la ciudad de México, me tendría que esperar unas tres horas para el vuelo de conexión, y me paseé por todo el área, viendo las tiendas, hasta que encontré los restaurantes.

Aquí entre nos (citando a la Banda el Recodo), el asunto del Duty Free es una mentira, ya que aunque a primer vistazo parezca barato, al precio que está el dolar, sale igual o más caro. Hay que tener buen ojo con eso. 

Fue un restaurante cualquiera, la verdad, pero el aroma de los tacos (sí, pedí tacos y una copa de vino para hacerme tonta unas dos horas) me envolvió  pues era el típico olor de la cocina o del sazón de la ciudad. No sabría cómo describirlo, pero de inmediato sentí como algo se activó en mi cerebro echando a andar la nostalgia (poquita, nada de cortarme las venas y así). Y ahí estuve, entre escribiendo en mi diario y observando a la gente que iba y venia. 

Por ejemplo una adolescente española que no podía comer gluten y se las estaba viendo negras para ver qué comer. Su mamá la dejó ahí y se fue a comer a otro restaurante (seguramente dijo "que otro lidie con esta mientras yo me atiborro de alguna delicia sin el incordio de andar preguntando ingredientes y construcciones químicas" o sabrá dios). La chamaca después de darle la vuelta a todo el menú, al mesero, al gerente y al chef, decidieron entre los cuatro y en consenso,  que lo mejor era una arrachera, solo que sin papas, porque las papas fritas traían gluten. La mamá regresó (junto con la familia), cuando apenas la niña (tendría entre trece y quince años) le estaba hincando el diente al primer bocado con toda la diminutez, rectitud y parsimonia que presume la gente que se cree chic. Obvio le tuvo que meter turbo al disfrute porque ya se les iba el vuelo y ahí perdió la pobrecita toda la compostura, masticando incluso con la boca abierta y metiendo el cuchillo entre los dientes al sentir que un pedazo se atoraba.

A ella le siguió una familia de pañaleras, niños pequeños y abuelos incluidos, de lo más feliz por viajar, pero también con prisa. Tenían hambre y poco tiempo; al parecer la especialidad de la casa.

Yo con toda tranquilidad terminé mi copa, pagué, guardé mis cosas y salí de ahí. Me sentí de pronto como una mujer bien organizada y que tiene todo bajo control. Qué bonito. Sin embargo,fue efímero, no dejaba de pensar en mi maleta (si había tomado ese u otro vuelo) y en todo el tiempo que tenía por delante. 

Pregunté por donde y qué numero de puerta íbamos a abordar y resultó ser ahí cerca. Para mi sorpresa el vuelo de México-Cancún, no iba tan lleno como yo creía, y de nuevo me tocó el asiento de al lado vacío. En serio, es como sacarse unos quinientos pesos en la lotería instantánea.

Vi el amanecer por la ventana del hotel en Hermosillo junto con la alarma, y vi la puesta del sol por la ventana del avión. No lo niego, fue una sensación extraña. Lo que empezó a las ocho de la mañana, acabó a las siete de la noche, (bueno, en realidad empezó el día anterior a las once de la mañana). 

 Para mi sorpresa la maleta apareció, sana y salva en la banda para recoger el equipaje. Saliendo de ahí, me golpeó el clima tropical en mis dos capas de ropa; abrigo, manga larga, bufanda, calcetas, porque en Sonora estaba saliendo el frente frío y el aeropuerto de la ciudad de México me recibió con un helado neutral (como creo siempre), en el que no me había ni acordado de la ropa, y si esta era la más adecuada para Cancún.

 Ya era de noche cuando recorrí parte de Cancún, hasta la zona hotelera.  No me subí al shuttle, sino que me agarraron en la mensa y me subí a un taxi, pero estuvo bien porque ya me urgía llegar al lobby del hotel para encontrarme con mi mamá, que ahí estaba también con cara de emoción y cansancio muy sentadita en los sillones.

Yo lo único que quería en ese momento era cambiarme y aventarme un clavado a la alberca. Sin embargo,  la alberca ya estaba apagada y cerrada, además que no vi ningún alma rebelde violando las reglas. Entonces fuimos a cenar y al show del imitador de Michael Jackson. 

Al fin y al cabo era "todo incluido" y pues a comer y beber, que como dijo mi mamá: "hay que aprovechar".

En la próxima les cuento sobre la estancia. 

¡Salud!


 Contenido original para  steemit de @mokamisschievous

Las fotos son de mi autoría. 

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Siempre que se esta con los seres queridos, vale la pena todo sacrificio. me alegro por tu mamá y por ti. Salud

Claro que sí, "por los tuyos y por la aventura", un lema medio quijotezco pero que aplica.
¡Salud!

Leeré este post con calma en la noche. estoy seguro que hallaré algo fantástico aquí.

a wonderful trip

¿En qué hotel fue tu estancia? Se me hace conocido por la última foto. Y neta, eso de viajar en avión es un auténtico desmadre, aunque me imagino que no tanto como viajar en autobús. ¡Un saludo, paisana!

¡Paisana! Fue en Riu.
Y de los autobuses mejor no hablemos, provocan traumas indecibles jajajaj.

Pensé por un momento en el Paladium; es que ese fondo se parece muchísimo al teatro que tienen en ese hotel. Y sí, mejor ni se hable de los autobuses. Literalmente sí es un caos, jajajajajaja

No sé cual es ese, pero igual en un futuro jajaja. ¡Saludos!

Buen viacrucis 😆

Y aún falta el regreso, lol.
¡Saludos!

  ·  7 years ago (edited)

Que novela jajaj lo que me gusta es que todo ha terminado con un lindo final, pudiendo recuperar todas tus cosas y disfrutando de tu llegada, jejej gracias por compartir! (No olvides dejar siempre una pequeña nota indicando que las imágenes te pertenecen, "aunque se vea obvio" jejej). Saludos!

¡Y eso que aún no acaba!
Gracias por la recomendación, ¡listo! ya le edité y le puse que todo mío jajaja.
¡Saludos!

Toda una travesía @mokamisschievous, con razón no te miraba jaja pero que divertido y sobre todo especial hacerlo con tu mami!
Lo platicas además tan divertido que me imaginé todo paso a paso.
No te encontraste con @vickaboleyn? estaría padrísimo... un abrazo y lo mejor para este año!

¡Hubiera estado interesante encontrarme con ella! No lo descarto para un futuro... Igual y hacer un directorio de ver quien vive donde por si ando cerca jajajaja
¡Saludos!