Existen varias hipótesis sobre cómo se conocieron nuestros personajes, pero nosotros simplemente diremos que fue en una reunión entre amigos y uno que otro desconocido. Yo era el invitado novedoso, y ella pertenecía al grupo de siempre. Era una noche tranquila de 2004, de esas propicias para hacer desastres sin necesidad de olvidarlos. Él estaba de viaje en una ciudad a la que quería mucho, llamada Mérida.
Mérida era la ciudad universitaria por preferencia, había montones de jóvenes estudiantes por todas partes, artistas plásticos, turistas, cineastas, actores, comerciantes; más bares, plazas, cafés, restaurantes, y discotecas para perderse y encontrarse a placer. Miguel hacía un año había paseado por allá con un grupo bastante diverso de amigos, gente creativa que le quitarían lo aburrido a su monótono estilo de viajero solitario. Ojo, esto no quiere decir que no me divierta estando solo, más bien todo lo contrario, pero hay que jugar un poco con el orden de las cosas. Por lo mismo había decidido viajar este año sólo con una persona, su camarada, Alejandra Andaluz.
Alejandra y Miguel se conocían desde bachillerato y, por cosas de la vida, nunca se habían separado por más de unas semanas. Eran muy distintos, pero algo hacía que se llevaran muy bien. Miguel estudió psicología y Alejandra economía. A Miguel le gustaba leer mientras que Alejandra se desvivía por la fiesta, y así, entre tanto y tanto, cada uno fue compartiendo con el otro hasta hacerse ambos unos personajes más completos. Ya terminadas sus carreras, decidieron viajar a un sitio en donde ambos podían ser ellos mismos. Miguel tenía sus cafés para ir a leer, y Alejandra tenía todos los bares y discotecas que quisiera para olvidarse del mundo, aunque cuando se unían en el mismo plan, se convertían en una dupla imparable (este adjetivo no tiene mucho sentido porque ¿cómo podríamos hablar de un lector imparable? En fin).
Los gustos de Miguel iban desde el Jazz hasta los boleros más llorones, pasaban por la comida mexicana y terminaban en un sinnúmero de libros entre versos de Neruda y las explosivas narraciones de Palahniuk; hablaba de filosofía la mayoría del tiempo, se drogaba con todo lo que pudiera costearse y de vez en mes salía con alguien que le robaba las ganas de quedarse sólo por el resto de la vida; y luego desaparecía como si nada (aunque todo).
¿Qué les puedo decir? Soy un romántico anacrónico que se desentendió de todo demasiado pronto.
Alejandra y yo siempre pensamos en irnos juntos a viajar por el mundo, y por cómo iba la vida, así sería. Alejandra había conseguido un cupo en la Universidad de Buenos Aires para estudiar una especialización en Costos y Gestión Empresarial, mientras que Miguel comenzaría a estudiar Letras y Filosofía en la Universidad del Arte.
La vida universitaria de ambos estuvo repleta de dos excesos: diversiones y estrés. Miguel siempre tenía algo que hacer, por Alejandra, o por sus amoríos entre meses; pero también tenía mucho que estudiar. Soy un ser muy sociable, casi nunca me verás alejado del mundo, y gracias a ello aprendí a estudiar mientras vagabundeaba por la Gran Caracas y sus noches. La gente confía mucho en mí, desde el primer momento; dicen que les llenó de una vibra muy positiva, aunque yo a veces lo dudo porque no soy una persona muy feliz, pero la sonrisa… qué máscara tan buena la que me he gastado.
La sonrisa de Miguel no es la más hermosa del mundo, ni la más brillante, ni la más blanca. Sólo es una buena sonrisa, capaz de engañar a cualquiera y hacerle creer que nuestro personaje es un ser lleno de dicha y júbilo, y sin duda lo es, sólo que aún no se había dado cuenta. Tenía una actitud muy influyente en las personas, siempre decía que era el mejor amigo que alguien podría tener, aunque también soy una persona muy severa y vengativa. Es que, principalmente, la gente necesita entender la diferencia entre la venganza y el rencor:
Cátedra: Conflictos II
La venganza en sí es el acto del valiente ante un acto injusto, es decir, si alguien te jode, usted viene y lo jode peor. Mientras que el rencor es el acto del que no pudo ser valiente, del que se sienta a esperar a que por obra divina el acto injusto sea cobrado.
Entendido esto, les daré un ejemplo: Miguel cuando estaba en primaria era muy tonto y tímido, temía meterse en problemas por lo que siempre se quedaba tranquilo sin importar lo que pasara. Todas las mañanas a la hora del recreo llegaban unos muchachos mayores a meterse con él, lo tiraban al piso y lo pateaban, le quitaban su merienda, se tomaban su jugo y se iban como si nada. Al fin y al cabo vaina ‘e muchacho. Una mañana Miguel decidió cambiar el jugo que le echaba su madre en el termo por una mezcla a la que entre él y sus vecinos llamaban “El Experimento”. El Experimento consistía en colocar cualquier cantidad de hojas, semillas, químicos, frutos, y otras sustancias en un recipiente, mezclar bien y ver cómo olía y cómo se veía; a veces algún vecino extraño aparecía para analizar su sabor, casi nunca terminaba bien. Hacía unos días habían hecho un experimento que logró tener un olor bastante agradable, pues al añadir a la mezcla algo de vodka de frutas, este terminaba pareciendo un muy buen coctel. Miguel, cansado de los imbéciles estudiantes mayores, llenó el termo de El Experimento, el cual llevó especialmente salsa picante, cloro, jengibre y ajo en polvo, uvas, jugo de naranja, jabón líquido, jugo de limón, hojas de cilantro, campeón (exacto) y, por supuesto, vodka de frutas. A decir verdad se veía bastante atractivo, y olía muy bien. Lastimosamente para nuestros conflictivos amigos su efecto no fue nada atractivo. Al oler lo que contenía el termo pensaron que era una especie de coctel con vodka, y en definitiva lo era, pero normalmente los cocteles tienen como objetivo brindarle alcohol al organismo sin dejar que este lo note; el resultado no fue éste, pues los molestos amigos de Miguel terminaron inmediatamente en el baño de la escuela, con cólicos infernales y seguidamente una diarrea que les duraría toda la semana. Acusaron a Miguel como buenos malhechores de haber brindado el veneno causal de su estado, por lo que la directora se tomó la molestia de invitar y sancionar a Miguel por lo ocurrido. Nada más allá de unas palabras y una citación. Se acababa el mito que hacía que todo estudiante bueno siguiera siendo bueno, el cuarto oscuro. Después de esto Miguel se unió al grupo de los mala conducta, vivía metido en pleitos y líos, aunque esto no afectaba su rendimiento, y por la misma libertad tras la desmitificación del castigo estudiantil, pudo responder sin remordimiento a todo aquel que quiso molestarlo alguna vez. Había entendido el sistema por primera vez, injusto pero servicial.
Después de todo sí importa saber de quién hablamos. Así ustedes podrán entender un poco mejor porqué este personaje es como es, aunque no esperamos crear una historia capaz de justificar todos sus actos, sólo deben entender que cada acto tiene una consecuencia, que nos acerca más a nuestro destino, cúmulo inmenso de casualidades.
Anexos:
Fotografía de Miguel (Carlos Peraza)
Hola, veo que eres venezolano. Es raro encontrar publicaciones en español.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Sólo utiliza el tag #spanish y descubrirás un mundo nuevo. La comunidad de hispanohablantes es muy grande y activa. Aprovecha.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Geniaaaaaaaaaal... Debo confesarte que me intriga saber un poco más de todo esto, apuesto por un tercer capitulo. Y el cierre del post me encanto. Saludos.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
JAJAJA, pues vas ganando esa apuesta porque ya se acerca. Qué fortuna tu encanto, muchas gracias.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit