Agosto: Mes al Inmaculado Corazón de María
Día 18
El Corazón de María, imagen perfecto de las perfecciones divinas: corazón fuerte y poderoso
![](https://steemitimages.com/DQmTmD3e9e9E6QGKSGD1kpXvHUDd8kCc1nf7tXrtM7dsvBz/corazonmaria.jpg)
Las devociones para este mes:
Rosario en Honor al santísimo Corazón de la bienaventurada Virgen disponible en esta publicación y este rosario contiene la Salutación Ave, Cor sanctissimum que también se ha publicado por separado aquí.
Letanía (disponemos de 9 letanías, para cada día de la octava, que se rotarán durante los 20 días) en esta publicación está la séptima letanía.
El cántico del Magníficat disponible bilingüe en esta publicación. La obra contiene diversos himnos y cánticos (latín con y sin francés). Sin embargo, san Juan Eudes dedica el Libro X de su obra específicamente a este cántico del Magníficat.
Una meditación (perteneciente a una de las dos octavas de la obra u otras meditaciones contenidas en esta) o un texto extraído de la obra. En este día un segmento del la sección primera del Capítulo III del Libro IV de Jean Eudes :
EL CORAZÓN DE MARÍA, IMAGEN PERFECTA DE LAS PERFECCIONES DIVINAS
Uno de los principales y más ordinarios nombres que Dios toma en sus Escrituras, es el de Fuerte y Poderoso: Se l lama a Sí mismo: "Yo soy el Dios fuerte": Yo soy el Dios todopoderoso.
Si me preguntáis en qué se distinguen estas dos cosas, os responderé que en Dios el poder y la fuerza no son más que una misma perfección, pero que, no obstante, existe alguna diferencia por razón de sus efectos. Porque lo propio de la Omnipotencia es realizar cosas grandes y admirables; y lo propio de la fuerza, es realizarlas fácilmente, sin ninguna pena ni trabajo".
CORAZÓN FUERTE Y PODEROSO
Veamos, ahora, lo que hacen en el augustísimo Corazón de nuestra Reina. Veo que imprimen en él su imagen de una manera perfectísima. Porque, ¿qué poder no tiene el Corazón de la Madre del Todopoderoso sobre el Corazón de Aquel que ha querido someterse a Ella como a Madre: y darle una autoridad y un poder maternal sobre Él, que nunca será separado de su divina Maternidad?; porque, así como el Hijo de María no dejará nunca lo que ha tornado de su Madre amadísima en sus benditas entrañas, así también El no le quitará jamás lo que alguna vez le haya otorgado.
Si todo es posible al corazón fiel que cree en Jesucristo, según su santa Palabra: ¿qué cosa habrá imposible para el Corazón maternal de la que lo ha engendrado, lo ha llevado nueve meses en su sagrado vientre, lo ha dado a luz, lo ha amamantado a sus pechos, lo ha alimentado y criado, y lo ha acompañado en todos sus trabajos y sufrimientos, y lo ha amado más que todos los corazones del cielo y de la tierra? Si todo es posible para el que cree, ¿cuánto más para el que ama?, dice Gersón; ¿y cuánto más para la que es su Madre?, dice San Bernardino.
Si el Apóstol San Pablo nos declara que lo puede todo en Aquel que le conforta: ¿qué no puede el Corazón de la Reina de los Apóstoles, que lleva y llevará eternamente en sí a Aquel a quien las divinas Letras llaman la virtud de Dios: y que por consiguiente, está lleno y animado por la virtud y el poder del Altísimo? ¿No se puede decir verdaderamente que este Corazón virginal es omnipotente en Aquel que, siendo como su alma y su espíritu, es también su poder y su fuerza?
Es el Corazón de la mujer fuerte, de que habla Salomón, que ha estado siempre animado por una virtud varonil y vigorosa, que le hace ejecutar todas sus acciones con una soberana perfección y sin ningún defecto.
Es el Corazón de esta mujer fuerte, que ha soportado las más apremiantes angustias y los más acerbos dolores que se pueden imaginar, con una constancia maravillosa y una firmeza inquebrantable.
Es el Corazón de esta mujer fuerte, que ha cortado la cabeza del cruel Holofernes, es decir, del pecado, que ha quebrantado la cerviz del dragón infernal y que es temible para todos los poderes del infierno como un ejército puesto en orden de batalla: porque ha combatido generosamente y vencido gloriosamente a todos los enemigos de Dios.
Pero, lo que es todavía más, Ella ha vencido hasta al Omnipotente, si se puede hablar así. Oigo a un Ángel, que hablando con el Patriarca Jacob, le dice: "No te llamarás ya solamente Jacob, sino que tendrás por nombre Israel": es decir, según la interpretación de San Jerónimo y de los Setenta: "el que vence a Dios". Lo que está también conforme con la explicación del Ángel; porque, después de haber dicho. "Tendrás por nombre Israel", añade: "Porque, si has sido fuerte contra Dios y le has vencido, ¿cuánto más vencerás a los hombres?". Y no obstante, Jacob no había vencido más que a un Ángel, y sin embargo, por representar este Ángel a Dios, le dice que había vencido a Dios.
Mas, la santa hija de Jacob y la digna Madre de Jesús, ha vencido, en alguna manera, al mismo Dios. Porque, ¡cuántas veces, por virtud de sus plegarias y de sus méritos, y por la fuerza de su amor, ha vencido la ira de Dios y ha detenido los torrentes de sus indignaciones, que habrían inundado y perdido a todo el mundo por razón de sus innumerables maldades! ¡Cuántas veces ha desarmado la divina venganza que estaba presta a lanzar contra las cabezas criminales! ¡Cuántas veces la caridad incomparable hacia los hombres, de que está lleno su Corazón, ha atado las manos de la terrible justicia de Dios, para impedirle el castigarlos como merecían... Dice Ricardo de San Víctor: "¡El amor y la caridad del Corazón de María son poderosos, puesto que han vencido al Omnipotente!"
Oh gloriosa Reina del mundo (es así como la llama el Espíritu Santo por boca de la Iglesia), ved cómo estamos asediados por todas partes por un número incontable de crueles enemigos, que no sueñan, de día y de noche, sino en perdernos.
Conoced que nuestra flaqueza es tan grande que, por nosotros mismos, no podemos resistir ni al menor de sus asaltos. Tened, pues, piedad de nosotros, y emplead el poder que Dios os ha dado, para guardarnos libres de sus lazos y para sostenernos contra sus esfuerzos: "Hacednos el favor, oh Virgen sagrada, de ponernos bajo vuestra salvaguardia y protección y desafiaremos valientemente a todos los poderes malignos de la tierra y del infierno; y cuando veamos a todos los ejércitos infernales acampados delante de nosotros, para combartirlos, no les tendremos miedo". No tenemos otros verdaderos enemigos que los que son vuestros y de vuestro Hijo: "Dadnos, pues, fuerza para combatirlos y para vencerlos", y no sufráis que se vanaglorien de haber vencido a los que combaten bajo vuestras banderas. Hacednos partícipes de esta divina virtud con que Dios ha fortalecido vuestro santo Corazón: a fin de que hagamos todas las acciones que debemos hacer, para la gloria de vuestro Hijo, con tal vigor que destierre toda cobardía y las haga perfectamente agradables a su divina Majestad; a fin de que soportemos todas las penas y aflicciones que nos acaecieren, con una constancia y firmeza dignas de los que tienen el honor de perteneceros; a fin de que vuestros soldados combatan generosamente a todos vuestros enemigos y alcancen tantas victorias como ataques y combates
bella imagen, que la virgen bendiga a cada uno de sushijo en la tierra y bendiga a Venezuela que padece de tantos problemas, gracias por tu post
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