La tristeza me embarga por tu ausencia.
No sabes cuánto sufro, me haces sufrir;
y sin embargo te quiero.
Es como una rosa con la usencia del agua
y como el agua en la intemperie del calor.
Es como el candelablo cuando se le quema la mecha
que su luz se extingue y todo queda en las tinieblas.
Tú fuiste mi juez, porque me diste la sentencia
y a la vez mi verdugo, porque me llevaste
al patibulo donde murieron todas mis ilusiones.
Tú fuiste el agua... Que refrescó
mi oscuridad y sacio mi sed
y hoy mi cuerpo está sediento.
Y el manantial está seco.
Yo canto con la tristeza por este amor que he perdido
y ando por los parajes para que nunca llegue el olvido...