El arte del Ajedrez como actividad voluntaria.

Desarrollar otras tareas o actividades más allá de nuestras obligaciones o responsabilidades en nuestro desempeño diario como docentes es importante en la transformación de nuestra escuela. De allí que mi propósito en este artículo es exaltar el trabajo voluntario o aquellas actividades extra cátedras no remuneradas que juegan un papel importante en nuestro quehacer educativo hoy en día.
Hace varios años, viví una grata experiencia junto a unos jóvenes estudiantes en una pequeña escuela donde me desempeño actualmente en la enseñanza del inglés como lengua extranjera, pero que en este caso particular el tema que abordaremos será el ajedrez. Todo se inició en una reunión donde abordábamos algunas actividades culturales (danza, teatro, poesía, bailes tradicionales, etc.) que antes se desarrollaban en algunas escuelas con mucha frecuencia pero que para aquel entonces habían perdido el interés o se habían dejado de realizar por múltiples motivos. En aquel conversatorio recordábamos los muy conocidos clubes estudiantiles, y mi participación se enfocó en la enseñanza del ajedrez. No siendo profesor en esta área pero sí un entregado desde mis años de adolescencia a este antiguo arte, sugerí la creación de clubes y me propuse como profesor voluntario para impartir la enseñanza del ajedrez en la institución. Y así nació este club de ajedrez que lleva por nombre Las Dos Torres.
Una vez aceptada la propuesta se les presentó la misma a la comunidad educativa e inmediatamente se hizo un llamado a los estudiantes a participar voluntariamente, y 26 de ellos pasaron a ser nuestros primeros ajedrecistas de nuestra escuela.
En nuestras primeras sesiones, disertamos acerca del ajedrez, su definición, historia, su importancia como juego, ciencia y como arte. Presentamos una película: En búsqueda de Bobby Fisher y en lo sucesivo proyectamos unos que otros documentales relacionados con el ajedrez. En este sentido, cabe resaltar la película Queen of Katwel (La Reina de Katwel) reciente producción que gustó mucho en el club de ajedrez.
En otras posteriores sesiones iniciamos la presentación formal de un Tablero de Ajedrez, se les explicó cada uno de sus elementos, sus 64 casillas, sus 16 piezas blancas al igual que las 16 negras. Los movimientos de cada una de ellas: peones, torres, alfiles, caballos, dama o reina y el rey. Y muy pronto iniciamos las prácticas es decir a jugar, y así durante el desarrollo hacíamos los ajustes, correcciones, revisiones y también los análisis que tuviesen lugar. Nuestras clases de ajedrez la realizábamos dos horas en un día a la semana.
En el transcurrir de las semanas los 26 niños y niñas comenzaron a entregarse con mucho amor a esta actividad y así la misma fue irradiando a otros grados hasta tal punto que muchos estudiantes manifestaban interés en el ajedrez querían formar parte del club y fueron recibidos progresivamente. Realizamos encuentros (torneos) amistosos con estudiantes ajedrecistas de otras instituciones, nos visitaban y nosotros los visitábamos en sus instituciones. Nuestros muchachos y muchachas ajedrecistas oscilaban entre los 11 y 17 años y los clasificamos según sus edades en categorías. Sus niveles de aprendizaje se fueron mejorando dada la dinámica que desarrollábamos.
Valores como la unión, la tolerancia, el respeto, la solidaridad y otros se fueron fortaleciendo en nuestros estudiantes a través de esta actividad que más allá de un juego, ciencia es un verdadero arte. Igualmente la cultura del ajedrez fue irradiando los espacios de la escuela donde los ratos libres eran aprovechados para la práctica del mismo. De allí que la pasión, la inteligencia, el estudio y la creatividad han sido entre otros elementos importantes a resaltar dado que siempre estuvieron presentes en los grupos de estudiantes que hacían del ajedrez parte de sus vidas.

La vida, dicen algunos autores e investigadores, es un tablero de ajedrez. En la vida tomamos decisiones, pensamos qué o cuál decisión podemos tomar ante una situación-problema determinada.
Esta experiencia ha servido de apoyo a otras escuelas a través de talleres informativos y con ello hemos fomentado la creación de nuevos clubes de ajedrez como actividad voluntaria.
Ciertamente existen muchos motivos que me han llevado hoy a traer esta experiencia que espero sea de provecho para quienes me siguen en esta valiosa herramienta. Me gusta escribir y pensé ¿y por qué no compartir algo como esta vivencia?

Ramonosky