Una magnífica etapa en mi vida en la que pude ser músico

in spanish •  7 years ago 

Nuestra existencia se basa siempre en la vivencia de diversas experiencias para definir nuestros gustos, personalidades y volvernos más conocedores del mundo que nos rodea; el no intentar algo por miedo a fallar (jamás se falla porque se obtiene un aprendizaje de ello) o hacer el ridículo es un error muy común que no debemos seguir.


Con 15 años quise aprender a tocar un instrumento, siempre quise la guitarra, me gusta, pero en un giro de acontecimientos me inscribí en una orquesta sinfónica para aprender a tocar el violín junto a mi hermana.

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Realmente tocar un instrumento no es nada fácil, siempre hubieron momentos que eran muy estresantes. Mi primer pequeño y gran problema es que soy zurda así que agarrar el arco fue una tortura para mí al principio, mientras todos agarraban el arco con naturalidad, yo estaba toda temblorosa con mi mano diestra, jaja.
La mayoría de los estudiantes que estaban allí eran niños (solo éramos 6-7 grandes), por lo que aprendí un poco a tener ese dote de tratar más a éstos (me dan miedo). Todos eran agradables, desde el primer día se nos acercaron a hacernos preguntas y conocernos (a Rey56 y a mi)

Pasamos como 2 meses aprendiendo a como sostener el violín, las notas y las partes de éste en un pequeño grupo con un profesor (medio otaku) muy simpático. Ya luego de esto, pasó el día en que nos lanzaron a la selva siendo de cautiverio, la orquesta. Honestamente estaba súper nerviosa porque en ese momento todos se veían tan experimentados haciendo escalas; me intimidaba, y más el director.

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Poco a poco fuimos integrándonos; se me hizo un poco complejo integrarme porque faltaba debido a las clases de tarde y no soy muy social, era difícil, aunque no imposible porque tiempo después me sentía en casa.

Además de estar en la orquesta nos daban clases de algo muy importante, el solfeo. Me di cuenta que es esencial aprender a leer las partituras para comprender los tiempos, las notas y hasta el ritmo. La que nos tocó aprender fue el de la clave de sol por ser del violin.

Todos nos poníamos muy nerviosos con las benditas audiciones, esos exámenes en los que debías demostrar tu habilidad con la partitura frente a los profesores con cara de poker que indirectamente te dicen que tocas malísimo, jaja.

En la primera audición me sentía nerviosísima, logro recordar que hasta me temblaban los dedos. Gracias al cielo avanzamos muchísimo porque Reymar quedó como líder de los segundos violines en el primer atril y yo quedé en el segundo con otra compañera que nos apegamos mucho. Fue un orgullo porque teníamos un poco de presión por ya ser grandes, pero el esfuerzo constante dio frutos. Tuvimos 1 concierto en un museo aquí en Cumaná y se dio fin esa temporada.

Luego vinieron nuevas partituras: Venezuela, el himno de la alegría y Aleluya, me volví loca con éstas, jajajaj. Para mi nivel eran muy complejas, tuve que ir en ocasiones en la mañana porque estudiaba de tarde, era un sacrificio que tenía que hacer. Poco a poco fui dándole hasta que logré estudiármelas lo suficientemente razonable para no pasar ¿pena?. He de mencionar que estudiaba mucho con mi hermana Reymar, volvíamos locos a mis padres, aunque eran muy pacientes; literalmente, a cada rato estábamos practicando con el sueño de poder tocar cualquier partitura hermosamente.

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Fuente

Aquí hubo otra audición en la que estuve más confiada, al principio daban miedo las carotas de los profesores pero no me dejé intimidar, ya al terminar de tocar lo que me decían una profesora me dijo que lo hice muy bien y me alegré mucho; a que se impresionaran si les digo que esa vez quedé de líder de los 2dos :D, fue muy emocionante pasar del segundo atril al frente.
Parecía que avanzaba cada vez más y me volvía más experimentada, después de otros conciertos y de más experiencias llego el momento en el que le dimos fin a esta gran historia.

¿Cómo pasó?

Ya al pasar a mi último año de bachillerato, tuve clases en las mañanas al contrario de Reymar que pasó a las horas de la tarde. Estábamos con partituras nuevas y ella realmente no podía ir frecuentemente porque no podía faltar con sus asignaciones y responsabilidades, pero el director no lo comprendió. En una ocasión que Reymar pudo ir, estaba un poco perdida, yo le enseñaba en la casa, pero es una cuestión muy diferente que ir a las clases, por esto, el profesor enfurecido le dijo que tocara una parte y ella le dijo que no lo sabía y la regañó muy feo. Realmente a mí me molestó por lo que quise defenderla un poco pero de nada servía, el director le mencionó claramente que si no tenía tiempo para la orquesta que se fuera. Fue horrible porque Reymar era muy buena y responsable, pero las clases de bachillerato era su prioridad. Al salir estaba muy desmotivada porque pasó pena frente a todos nuestros compañeros y no quiso ir más, yo la seguí, sin ella no iría.
Dejamos de ir, quizás fue un error y tuvimos que ser más perseverantes, pero creo que el profesor se pasó. Ya a las semanas el director (profesor) se disculpó por las redes sociales pidiendo que volviéramos porque éramos importantes pero simplemente no quise volver (al menos yo).

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Entregamos los violines y todo acabó, queda una ligera melancolía porque realmente me gustaba, pero tantas presiones no eran lo mío, ojalá y hubiera entrado siendo más pequeña y con menos responsabilidades escolares, jeje.

A pesar de todo vivimos una experiencia nueva que nos dio momentos geniales y aprendizajes. A veces las cosas no terminan como quieres, pero nunca dejes que esto te impida a intentar cosas que te pueden hacer feliz y cambiar el rumbo de tu vida.

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Muy buena la historia de tu experiencia, yo toco la guitarra y se lo difícil que es el proceso de aprendizaje de un instrumento pero sin duda es algo que se recuerda por siempre, saludos.

Así es, el que persevera alcanza y ya es un conocimiento que nunca se olvida, quizás uno se oxide pero no se olvida. Gracias por comentar :)

¡Me ha gustado mucho tu historia! En principio reí y luego me dio un poco de tristeza que te hayas visto en la necesidad de abandonar ese arte que se ve, tanto te gusta. Al final tu mensaje es hermoso y ¡estoy totalmente de acuerdo!
En el camino siempre podemos encontrarnos situaciones que desmotivan. Pero no hay que perder el rumbo. Siempre hay que ir tras lo que nos gusta y aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten.
¡Muchas gracias por compartir!