Nos cruzamos un verano, cuitivados quedamos, nos dimos las manos, con un gusto inmenso, aquel roce fue el inicio de un dulce y corto tormento.
Yo algo arrogante, mi ego alimentado por algunos amores manejados a mis atonjos, dejando a mi paso solo dolores en las almas destrozadas que me amaban y que por mi culpa ahora para ellas el amor no vale nada.
El destino trae sorpresas, creemos tener el mundo a nuestros pies, jugando con los sentimientos de personas que nos brindaron un querer, sin valorar los más hermosos sentimientos que nos vinieron a ofrecer.
Hoy, me encuentro totalmente humillado por un corazón que me amó con locura y que en un ayer por mi arrogancia le hice perder la cordura.
Ese corazón fue curado por unas hermosas manos llenas de amor verdadero, logrando opacar los amargos recuerdos, con dulces momentos.
Soy víctima víctima de mis crueles actos, cada desprecio de ella son fuertes latigazos, quisiera regresar el tiempo y llenar de color esos viejos momentos, donde solo sembré dolor en vez de amor.
Espero que les haya gustado mi post, les mando un abrazo.