Hola a todos.
Aquí estoy nuevamente con ustedes. Espero en Jehová Dios que se encuentren bien y disfrutando de buena salud.
En esta ocasión quiero compartir un tema que, en algún momento hemos tenido que aplicar en nuestra vida.
Todo ser humano, al alcanzar cierto grado de conciencia ha tenido que tomar decisiones en su vida, y es probable que le haya costado mucho trabajo o esfuerzo hacerlo.
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Cuenta una historia, en la voz del cantante Jesualdo Bolaño (y aquí se las dejo para que la puedan ► Escuchar en DSound), acerca de una joven mujer que tenía una niña de pocos meses de nacida. Un día por accidente el cuarto donde dormía aquella pequeña, comenzó a arder en llamas. Aquella madre al percatarse de lo sucedido y desesperada por salvar la vida de su pequeña hija, no miró el poder de aquel fuego abrazador y se lanzó con ímpetu hacia dentro de aquel cuarto y rescató a su pequeña hija de una muerte segura.
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Haber tomado aquella decisión salvó la vida de su hija, aunque en su cuerpo hayan quedado las cicatrices de aquel acto heroico, que siempre le recordarán que su hija estuvo al borde de la muerte ¡Te imaginas! no pudo haber sido fácil tomar esa decisión, pero gracias a ella, hoy su hija vive.
Asimismo, hemos tenido que tomar decisiones a lo largo de nuestra vida, quizás no tan dramáticas como la de esta mujer, pero si fuertes e importantes. Supongamos, que nuestros padres hubieran tomado determinación de no tenernos estando ya en el vientre de nuestra madre, qué triste hubiese sido ¿Verdad?, porque entonces, ni tú, ni yo existiéramos; pero si vivimos, es porque ellos así lo decidieron y somos afortunados.
Tus triunfos y tus fracasos, provienen de las decisiones que tomaste en algún momento de tu vida. Porque un día: decidiste qué carrera querías estudiar, un día decidiste vivir con la persona de quien te enamoraste, también decidiste tener tus propios hijos, decidiste dejar el trabajo, volver a tu casa, perdonar y olvidar, en fin, tantas cosas que decidimos hacer, por buenas y malas que sean.
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¿Sabes qué?, No podemos culpar siempre a los demás por todo lo malo que nos pueda acontecer, medita y te darás cuenta, que tú tomaste una decisión en ese momento, bien sea de palabra, o de hecho u omisión que te llevó a ese punto. Gracias al libre albedrío que Dios nos otorgó podemos decidir qué hacer y qué no hacer. Ojalá y podamos tener toda la sabiduría que proviene de Dios para que tomemos la mejor decisión en cada circunstancia que atravesamos.
Porque cada día de nuestra vida comienza con una decisión. Hoy decidiste: levantarte, ir al trabajo, realizar los quehaceres del hogar, ir al banco, hacer las compras, quedarte durmiendo, no hacer nada, ayudar a otros, ceder tu puesto en el bus, y pare de contar. Además hoy decidiste entrar aquí y leer esta publicación, ¡Qué bueno! Espero que a partir de hoy pensemos bien lo que queremos, antes de tomar una decisión o determinación. Nuestro futuro depende de las decisiones que tomemos en el presente.
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Así mismo, los hombres y mujeres de éxito, no surgieron por arte de magia, de ninguna manera, ellos tomaron la mejor decisión de sus vidas. Muchos de ellos, sacaron fuerzas de debilidades, tuvieron que atravesar terribles tormentas de críticas, burlas, desaliento, etc..., Y abrirse paso en medio de una multitud de incrédulos que dudaron que ellos pudieran triunfar. ¡Sabes! eso no es fácil, pero gracias a la firmeza de su determinación "Son lo que Son".
Te invito a que no te dejes amedrentar por las llamas de un fuego abrazador, o por una multitud de personas egoístas, que no pueden mirar o descubrir tus atributos, dones y talentos; o por una avalancha de personas que no están dispuestas a darte ánimo para que no desmayes y llegues a la meta.
Ábrete paso y sigue adelante ¡La Decisión está en tus manos!
Me despido, deseando que Jehová Dios te bendiga a través de este pasaje Bíblico. Isaías, Capítulo 40, versículos del 29 al 31
29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Shalom