Cuando Jesús dijo que le debemos hablar, por Fe, a nuestras montañas, ordenándoles que se quiten y se arrojen al mar, hizo una declaración tan radical que vale la pena estudiarla.
En primer lugar, ¿Que le decimos a las montañas de nuestras vidas? Es obvio que no les pronunciamos nuestra voluntad o deseo, sino la voluntad de Dios, y su Palabra es Su voluntad.
Lucas 4 nos dice que cuando Jesús fue tentado por satanás en el desierto respondió a cada tentación con la Palabra de Dios. Repetidamente dijo: Escrito esta, y cito las Escrituras que contrarrestaban las mentiras y el engaño del diablo.
Nosotros tendemos a "probar" haciendo lo mismo durante cierto tiempo, y si no vemos resultados rápidos cesamos de hablarle la Palabra de Dios a nuestros problemas y comenzamos otra vez a hablar de lo que sentimos, lo cual, probablemente, es lo que de nuevo nos mete en problemas.
Alguien que procura partir una roca tendrá que golpearla con la herramienta 99 veces, y quizá aun no tenga ninguna evidencia de que se va a partir. Y luego, al golpe numero 100, la roca se partirá en dos. Cada golpe la debilito, aunque aparentemente no hubo signos visibles que lo indicaran.
La persistencia es vital para lograr la victoria. Debemos establecer qué es lo que creemos y aferrarnos a ello hasta ver resultados.
Para estar seguros de que somos obedientes a la Palabra de Dios el hablar de ella conlleva el poder que es absolutamente necesario para lograr la victoria, tomando en cuenta que no es la única doctrina en la Palabra de Dios.
La obediencia es igualmente importante si alguna persona piensa que puede vivir en desobediencia y aun así hablar la Palabra de Dios a las montañas y obtener resultados, tristemente se vera frustrada, tal como lo señala este pasaje.
Lo que se define en Marcos 11:22-26 debe ser considerado como un todo. en el versículo 22 se enfatiza que constantemente debemos tener Fe en Dios. en el 23 hablo de liberar la Fe hablándole a las montañas. En el 24 menciono la oración y la importancia de orar creyendo. En el 26 declara categóricamente que si nosotros no perdonamos las fallas ajenas, nuestro Padre celestial tampoco perdonara nuestras faltas y defectos.
No hay poder y es inútil hablarle a una montaña si en nuestro corazón no perdonamos, lo cual es un problema generalizado entre los hijos e hijas de Dios.
Muchas personas que han aceptado a Cristo como su Salvador personal se engañan, pues tratan de aplicar unos de los principios de Dios, pero ignorando por completo los demás.
La obediencia es el tema central de la biblia, pero para muchos de nosotros la vida es complicada debido a la desobediencia. Ésta puede ser el resultado de la ignorancia o la rebeldía, pero el único camino para librarnos de ella es el arrepentimiento y volver a la sumisión y obediencia de Dios.
Necesitamos tiempo para aprender la Palabra de Dios y para conocer Su corazón. Aunque muchas cosas están claramente definidas en la Palabra, y obviamente Su voluntad se expresa en ella, hay otras sobre las cuales debemos decidir, porque no están definidas en blanco y negro. Por eso necesitamos conocer Su corazón y ser guiados por Su Espíritu.
La Biblia no nos dice qué tipo de automóvil comprar, o cuando vender nuestra casa vieja y adquirir una nueva, o para cuál empresa trabajar. Si, por ejemplo trabajamos para una compañía y deseamos un ascenso o promoción en el cargo ese deseo puede ser la voluntad de Dios para nosotros, pero también podría ser codicia. ¿Cómo podemos saber la diferencia? El tiempo nos da la respuesta.
Toma tiempo conocer a Dios, conocer nuestros corazones y alcanzar la capacidad de ser totalmente sinceros con nosotros mismos y con el Señor. Toma tiempo conocer nuestras motivaciones internas y determinar si ellas son puras o no.
Una persona que actúa por Fe jamás debería decir en la oración "Si es Tu Voluntad", se puede tener lo que se dice pero es necesario madurar, a veces estamos tan llenos de nosotros mismo que no escuchamos estas explicaciones. Se piensa que ya se ha encontrado una manera de lograrlas. En la Palabra de Dios como hay unas cosas que son tan claras jamás necesitaremos decir: "Si es Tu Voluntad". La salvación es un buen ejemplo.
En 1 Timoteo 2:3-4 La biblia declara que el deseo de Dios es que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Por lo tanto, jamás debe decirse cuando se ora: "Querido Padre celestial, te pido en el nombre de Jesús que salves a ______ si es tu voluntad", porque de ante mano sabemos que es la voluntad divina salvar a esa persona.
Santiago 4:2 dice que no tenemos porque no pedimos. Y en el versículo 3 dice que a veces pedimos y no recibimos porque pedimos con un propósito erróneo y con motivaciones egoístas. Sabemos que a veces es difícil creer que esto nos pueda ocurrir, pero es la realidad. Y es cierto especialmente en el creyente que lo ha permitido, que el proceso de purificación de Dios se lleve a cabo en su vida. En este estado, una persona tiene a Dios en su vida pero aun está llena de "Egoísmo". En ocasiones cuando lo que pedimos no está claramente definido en la Palabra de Dios, y no sabemos con certeza cuál es la voluntad de Dios para dicho asunto lo mejor sería mantenerse sumiso.
Se observa en la vida cristiana, que las personas en general tienen dificultad para mantener su equilibrio. La enseñanza del poder de las palabras, a la boca, a la confesión, al llamar las cosas que no son como si fueran y ordenar que las cosas se hagan realidad, son un ejemplo, porque en esto se ha visto a muchas personas que se van a los extremos, y solo prefieren vivir de un lado o al otro de la vía y tienen dificultad de mantenerse en el lineamiento de los principios de la Palabra, esto conlleva a que solo quieren vivir de la carne y no quieren morir a ella.
En realidad los extremos son el campo de operación del diablo. Si el no puede lograr que el creyente ignore totalmente una verdad y viva engañado, su táctica siguiente es hacer que pierda el equilibrio sobre dicha verdad. A veces llega ser peor de lo que fue antes de conocerla.
La sabiduría es un tema central en la Palabra de Dios, de hecho, sin ella, no podemos lograr una verdadera victoria.
Según el diccionario http://www.universal.org.ar La sabiduría, es el poder de hacer las cosas correctamente, usando cautela y prudencia siempre. La sabiduría no se inclina por los extremos. Proverbios 1:1-4 dice que la sabiduría esta llena de prudencia, y la prudencia equivale a buen manejo de las cosas. podemos decir que la sabiduría es una combinación de equilibrio, sentido común y buen juicio.
La confesión o la declaración verbal es la que se debe hablar a nuestras montañas y en muchas circunstancias, la respuesta a nuestros problemas la tenemos bajo nuestra nariz, o sea, en la boca, pero también en la madurez del creyente en que debe morir a la carne, al ego y la gran necesidad de la obediencia y la sumisión al Espíritu Santo y así poder lograr que la voluntad de Dios se realice en nuestras vidas.