La apatía parece apoderarse de muchas personas, a veces es un malestar que se nota en algunos, esto es síntoma de una población que ha caído en crisis. Pero hay ruido en los adentros, se queja la ilusión, el amor y hasta los besos que se quedan suspendidos en el aire denso que ahoga a toda hora.

Murieron los sueños al detener los pensamientos, porque yacen los pupitres solos y los libros no se han abierto. Dejó de sonar la música, las bailarinas ya no saben los pasos del cuento. Mueren los corazones con un dolor inmenso de desamor que ha dejado la partida fugaz.

Mal nacida nostalgia de un ayer que se extraña, de la libertad de vivir y escoger la comida deseada. Se extraña la simpleza de la cena compartida o el confort sencillo de las almohadas en la cama.

"La injusticia en cualquier lugar del mundo supone una amenaza para la justicia en todas partes"
Luther King

El tiempo se detiene entonces en nuestros sueños, nos da el espacio perfecto para obtener lo que queremos y hasta lo imposible al borrar los desaciertos, todo podemos conseguirlo en esos viajes hacia los sentimientos.

Hace falta cerrar los ojos fuerte, elevar el pensamiento y encontrar el equilibrio en cada paso que ha sido certero. ¿Por qué nos empeñamos en sólo recordar lo que no ha sido bueno? Esa debilidad nos hace vulnerables y es por ello que debemos recordar el poder creador que tenemos.

En una pronta realidad la justicia pondrá fin a la desesperanza de estas décadas, se vestirá de valor el bueno, y los caminos estarán abiertos para el fin de la parte cruel de la historia.

La fuerza del amor es inagotable y es por eso que confío en las esperanzas de una nueva oportunidad. Y cambiarán los paisajes del destino, pero seremos libres, nunca más en tristezas ni soledad, más nunca la apatía de nuestra sociedad.