Había una vez un gobernante que invitó a una personalidad muy importante y muy erudita a explicarle a los niños que era la Navidad.
Cuando el gran experto en la materia se dispone en el púlpito dispuesto en la plaza para la ocasión tan especial a explicar el tema, el gobernante lo para y le dice:
- Con todo respeto mi estimado señor, Ud con esa cara tan seria y mas preocupado que condenado al patíbulo jamás podrá explicarle a mi pueblo y en especial a los niños el gran significado de la Navidad aunque sepa mucho del tema,
Uno de sus asesores le dice con angustia:
Pero mire Señor Alcalde, ya todos los niños junto a sus padres están esperando la charla; entonces ¿ A quien le decimos que dé la charla ?
Mire y ojalá no me equivoque pero es hora de poner en el púlpito al payaso..