Pensar que el sol salía solo por celos ya que las estrellas eran admiradas más que esa bola de fuego, ay de quién no recuerde ver el cielo, de quién no recuerde de donde cayó y a dónde se dirige y quién olvidé la conciencia del momento instantáneo, del ahora con el brillo particular de las constelaciones.
Partículas de espacio caídas entre pestañas que picaron y no salieron, pero que si los ojos llorosos siguen, ya especiales dejaran de ser y solo serán convertidas en una muestra de la memoria nostálgica.
Alexa Alvarez. Del cuadernillo 3- 2018