Muchas personas quisieran llegar a lo más alto; ser conocidas por grandes proezas y llegar a ser aquello que nadie ha podido lograr. Pero ahora me pregunto ¿Cual será el motivo por el que siempre descuidamos las cosas más simples? No hace falta tener todo el dinero del mundo para colaborar en tu casa con los quehaceres del hogar; no hace falta ser un gran político para proponer soluciones a los problemas que te rodean; no hace falta ser pareja de la persona que te gusta para demostrarle tu amor por ella.
Vivimos esperando el momento indicado. Vivimos soñando con tener lo que no tenemos y en alcanzar algún día aquello que pensamos que nos falta. Ya hemos sido premiados con el regalo tan grande que es la vida... no la desperdicies pensando que te falta algo más para poder marcar el cambio que la sociedad necesita. Comienza por ti; inicia la labor de cultivar los hábitos que quieres ver en los demás y no esperes que el éxito te llegue del cielo. Recuerda lo que dice el mismo autor de la vida:
"Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." (Mateo 25:23)