Travesía para hacer una torta en Venezuela (Hechos reales)

Hola amigos de Steemit. Les voy a relatar una historia que viví el día de hoy para comprar los ingredientes que me faltaban para hacer una torta jajaja, espero que les guste.

La ida.
Como tenía varios encargos debía comprar un cartón de huevos, así que decidí ir al “Centro de Porlamar”. Sin dinero en efectivo, problema actual en mi país, más que para pagar el transporte de ida y mi retorno.

Los huevos.
Como cosa rara, en dicho sitio, había la señora cola para adquirir los queridos pollos líquidos. Llegué a las 10:20 am aproximadamente al sitio y me quedé haciendo la cola, la cual no avanzaba en lo más mínimo, pero para mayor sufrimiento, el tiempo estaba MUY nublado, y pues sí, empezó a llover. Y ahí estaba yo, mojándome en mi súper cola.

Empezó a correr la cola y como de costumbre empiezan a surgir amistades en ella. Dos señores recordaban la situación que vivimos en mi país como si no la supiera y como si no fuera poco, recordando que la economía de otros países es mejor que la nuestra. En realidad, me causaba gracia lo que decían porque es la realidad que vivimos gracias a nuestro no tan querido Gobierno. El problema estuvo cuando dos señoras, afectas al Gobierno por lo que pude notar, empezaron a criticar a los otros dos señores. Y esta discusión continuó…

HASTA QUE POR FIN, una hora y veinte minutos después, mi turno llegó. Pude comprar mis huevos. Sin ninguna bolsa y sin algún empaque que los protegiera arriba para evitar que se rompieran. Como sé que esto es así, me fui "preparada" para que mis huevos no se rompieran. Luego, continué mi camino.

El cacao.
Como les comenté, el dinero que tenía en efectivo solo me alcanzaba para el transporte de ida y vuelta. Así que caminé, acompañada de mi querida lluvia hasta la tienda donde vendían el cacao (unas cuantas cuadras más adelante). Llegué al sitio y la vendedora me señala “Amiga, no abriremos hasta el 10 de enero, toma tus previsiones”. Tuve que comprar más cacao del que tenía previsto, pero bueno, pude comprarlo. Todo marchaba bien, hasta que salí del sitio. El señor “palo de agua” empezó a caer, la lluvia empeoró y yo “a pie”.

La harina de trigo.
Caminando y mojándome con la lluvia, fui por la harina de trigo. Solo tenía 4 lugares a los que podía ir.

Primer intento: En la primera tienda que entré, de las pocas que venden la harina de trigo que suelo usar, había otra cola y pues pasé mucho tiempo en la anterior así que decidí no hacerla.

Segundo intento: En la segunda tienda, una cola más larga que en la tienda anterior y me marché.

Tercer intento: Decidí ir a la tercera tienda que quedaba un poco más lejos. La lluvia no me impidió llegar al sitio y como un pollo remojado llegué y para mi sorpresa estaba vacía, creí que estaba cerrada pero no, era algo peor. –Vendedora: “Amiga el punto no está pasando ninguna tarjeta, pero si quieres intentamos”. Lo intentamos pero no pasó.

Cuarto intento: Cuarta y última tienda en la que podía comprar la harina de trigo. Obviamente, había cola. Mucho más corta pero el hambre atacaba. Corrió más o menos rápido, pude entrar y comprar mi anhelada harina de trigo.

No se imaginan mi cara de felicidad al tener mi factura y mi harina de trigo.

El retorno.
Me sentía contenta porque ya tenía todos los ingredientes que me faltaban. Pero debía retornar a casa donde son pocos los autobuses (por falta de repuestos, gasolina, lubricantes, etc.) Los minutos pasaban, la lluvia no se detenía y no pasaba el bus que necesitaba. Varios minutos después llegó, repleto de gente pero llegó. Mi bolso pesaba pero al fin ya iba de regreso. Como el autobús me deja a unos cuantos metros de mi casa, tuve que seguir caminando, con mi acompañante del día: La lluvia.

Al fin llegué y solo tenía un huevo roto ¡SIIII! Jajajajaja.

Si hubo final feliz.
Después de mi maratón me tocaba otro, hacer la torta. Pero pude hacerla, entregarla y ahora me toca descansar para hacer los pedidos de mañana. Así fue mi historia del día de hoy, muchas veces los clientes no saben todo el esfuerzo que debemos hacer para poder entregarle sus pedidos. Y bueno, aquí termina mi travesía, hubiese querido mostrar más fotos pero si saco el teléfono en la calle, me roban jajaja.

Fin.

Si les gustó mi historia espero sus votos y comentarios ¡Nos leemos!