En un vecindario cualquiera, en una noche cualquiera, en el techo de una casa cualquiera, una figura solitaria empezó a aullar.
Su pelaje gris, su intimidante estatura, y sus dientes y garras filosas lo hacen fácilmente identificable, pues se trata de una de las bestias más poderosas del mito popular, otrora creído como tal. Nadie se imaginaría que existiera, ni siquiera en sus sueños más locos, pero ahí estaba la bestia misma, cantándole a la luna e intercambiando aullidos con otros canes...
-Auuuuuu...¡¿Qué?!
El lobo bajó inmediatamente del techo, regresando un minuto después con un teléfono en mano. Marcando un número, esperó un par de minutos antes de que le contestaran y exclamó cuando lo hicieron:
-¡Dile a tu novio que se ponga un fregado condón o de lo contrario deseará no haber nacido!
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Nota de la autora: Este relato fue inspirado en el cómic Werewolf Lingo, encontrado en Deviantart. Por cierto, les recomiendo mucho los cómics de su autor Kigai-Holt. Son muy buenos y te pueden sacar muchas sonrisas.
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