Ahora bien, teniendo claro en este punto que las caricias son importantes para el ser, es necesario aclarar que existen varios tipos de caricias y que no todas son positivas, les explico.

• Caricias positivas. Producen sensación de bienestar, un ejemplo de ellas puede ser decir a alguien: te quiero mucho o recibir de un compañero de trabajo: es un placer trabajar contigo.

• Caricias negativas. Ocasionan daño emocional, cuando escuchamos frases como: si eres torpe, o nunca haces nada bien.

• Caricias condicionales. Se ofrecen a la persona por su conducta o por lo que hacen en un momento determinado; un ejemplo puede ser: ¡que buen trabajo hiciste hoy! por eso te invito a comer.

• Caricias incondicionales. Son las espontáneas, se dan sin motivo específico y ayudan a aumentar la autoestima, las usamos cuando damos los buenos días, regalamos una sonrisa o le decimos a alguien que lo queremos.

• Caricias falsas. Representan una mezcla de caricias positivas y negativas, y no son sinceras. Un ejemplo de ellas es cuando el vendedor que dice que los zapatos le quedan fabulosos, y no es cierto, y además le recomienda compre dos más.

Desde otro punto de vista, si analizamos la pirámide de las necesidades de Maslow, podemos observar que en cada peldaño existe la necesidad de caricias, de contacto humano para vivir en sociedad. Cuando una persona tiene hambre de caricias vive deprimida, aislada, tiende a sentirse triste y sola, este tipo de necesidad es causante de depresiones, infelicidad y puede llevar a la personas a estados alarmante de depresión.

Afortunadamente existe solución al hambre de caricias, claro está es recibiéndolas, pero ¿cómo las pido, si aprendí que eso es malo? Es necesario hacer una modificación en cuanto a nuestro sistema de creencias, empezando poco a poco ¿qué tal si al salir hoy a la calle le sonríes a un desconocido? No perderías nada y podrías recibir una o varias sonrisas de vuelta que te alegrarán el día. Además de eso, son varias las cosas que puedes hacer para eliminar el hambre de caricias. Tenemos entonces:

• Trabajar en función de los mandatos aprendidos y aprender a pedir caricias. Puedo decir a un amigo, regálame un abrazo; nada como recibir un abrazo de alguien a quien estimamos.

• Recibir caricias y disfrutarlas, cuando no estamos acostumbrados las rechazamos... En ocasiones recibimos halagos y no los aceptamos, ¿practicamos? Si alguien te dice que bien te ves hoy, en vez de decir, para nada hoy me siento horrible, le puedes decir, debe ser mi sonrisa, porque hoy me puse una de las mejores que tengo, ¡gracias!

• Darse caricias a si mismo. Puedes darte un gusto, aun sin tener un motivo especial para ello, particularmente me encantan las tortas de chocolate, así que constantemente me acaricio comiendo un rico trozo.

• Rechazar las no deseadas. No estamos obligados a recibir lo que nos incomoda, pero parte de los mandatos que hemos recibido desde niños es ser cortes con el otro, no quiero decir con esto que seamos unos mal educados, pero si por ejemplo tu jefe te invita a almorzar y no te sientes cómodo con eso, muy amablemente puedes decir que no.

En fin amigos, las caricias físicas o simbólicas son necesarias, te reto entonces a regalar caricias el día de hoy y si gustas en los comentarios cuéntame como te fue con eso.

Fuente

Recibe de mi parte una caricia el día de hoy

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