“Como amigo, solo como amigo” Esta respuesta a la petición de amor es francamente cruel, inhumana y cuasi femenina (si los hombres no respondieran igual), porqué la mujer cuando es cuaima es cuaima. Celebrar en un solo día dos sentimientos importantes para el hombre, es como estúpido. Por un lado la amistad es el mantener una relación social muy estrecha donde el cariño no llega a amor. Esta relación de amistad puede ser tan importante o más que una relación amorosa. Y por el otro lado está el amor como algo de pareja, como algo de felicidad, como algo de noviazgo, matrimonio o arrejuntados.
La amistad entonces se hace difícil cuando se está enamorado y la contraparte solo nos quiere de amigos. “¿Amigos para qué? Maldita sea, si yo te amo”, dice la canción. Y en una película que vía hace poco, mala ella, pero medio cómica, uno de los personajes en plan de padre le dice a su hijastro que co-padre (tal cual) está en capacidad de darle la “charla” al niño que quiere saber cómo se hace para el amor. El co-padre le dicta la lista de pasos para conquistar a una chica:
- Primero debes convertirte en amigo y entrar en la Freind Zone
- Cuando te declares y te diga que no entonces sigues en la Freind Zone
- Y no importa que llores cuando veas a tu chica con otro quien es para ti tu mejor amigo, ahora entras en la Freind Zone doble, que es –dice el señor- una felicidad porque estás feliz porque tus amigos están felices
- Y cuando tu chica se case y acudas a la boda y te pidan la invitación, porque debes llevar la invitación y el ramo cuando lo arroje la novia te llegue por cosas del destino, llora, llora.
Contrario a lo que uno pudiera pensar, al niño de la película, le gusta esta forma de amistad en lugar de amor con la chica de sus sueños.
Mis hijos y sobrinos se ríen mucho cuando alguien de su edad cae en esto de la Zona de la Amistad. “Rodó” dicen. Otro más que es “solo amigo, ja ja ja” Es decir que es muy común. A mí me pasó muchas veces, esto de estrellarse cuando estás tan obnubilado por alguien, y vas a su encuentro, y estás seguro que te dirá que sí y ya te imaginas que ella también te ama y que también está loca por ti y luego el beso y luego la cama y luego el coñazo que te devuelve a la tierra y de ese planeta donde estabas solo queda esquirlas. Y tú, como si nada, le dices a su suplica de perdóname, pero te quiero como amigo: - ¡Claro, chica, entiendo, no hay problema!- Hermano, no hay mayor arrechera que esa de aceptar lo inaceptable, que te hayan dado coñazo limpio, sales destrozado y todavía crees que es con dignidad. ¡Qué bolas!
Ahora, está el otro caso donde te declaras y no queda chance ni para invitarla al cine. No hay Freind Zone posible. Ahí, compay, te jodiste. Y en ese caso te retuerces de dolor y sed de venganza pero se te pasa luego de que la cara vuelve a la normalidad. Pasó la vergüenza. Ahora imagínese, si resulta que eres homosexual y le declaras tu amor a alguien de tu mismo sexo. Mielda chamo, qué riesgo. Si es homofóbico, rodaste, si no es homofóbico pero no quiere nada contigo, rodaste, si es heterosexual (vaya definición) entonces rodaste igual. Amistad, no creo. Puedes estar seguro(a) que cambiará de acera cuando te vea venir.
Entonces, ¿por qué un día para el amor y en el mismo día para la amistad? Para comodidad de los rodantes.