Somos tontos si pensamos que estamos batallando en contra de un régimen débil, y si lo hacemos no solo nos veremos envueltos por él sino que consumirá hasta el último aliento de nuestra vida. Por otra parte podríamos decir que cada vez que la sociedad cae en un ciclo de maldad generado por la enemistad, avaricia, desamor y/o falta de principios somos parte cada vez más de este sistema, simplemente porque las características que describen a este sistema corrompido se enlazan con cada uno de los factores que influyen en la maldad que abunda en la sociedad, es decir, que luchamos para hacer caer la opresión que nos aplica este sistema pero por otro lado lo que hacemos es fortalecer sus cimentaciones con cada una de las malas acciones que tenemos a diario.
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¿Verdaderamente tenemos una batalla campal en contra del sistema?
Con lo antes expuesto, podemos decir que verdaderamente la sociedad ha sido consumida por la atmosfera de este sistema; que no se ha luchado en su contra sino que nos hemos unido a él por consecuencia de nuestros actos. Cabe destacar que toda decisión tomada por la sociedad es bajo su responsabilidad o lo que conocemos como el libre albedrío, ya que todos somos seres pensantes. Pero el detalle está, que este sistema es tan grande que influye sobre las decisiones de cada uno de nosotros, y no solo eso sino que muchas veces nos queremos acoplar a sus ideas o parámetros para no ir “en contra” de él.
¿Acaso podría salir la sociedad del núcleo de este sistema corrupto?
El hablar del desprendimiento sociedad-sistema pasa más por la planificación, firmeza o seguridad con que lo hagamos, que aquellas acciones mal estructurada en cuanto a las decisiones a tomar en contra del sistema. Para combatir a un enemigo poderoso debemos de aplicar estrategias que sean sustentables a largo plazo, es decir, tener la agilidad mental para poder consolidar cada uno de nuestros objetivos planteados en contra de este régimen.
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Autor: @yongleantonio