La primera línea es la más difícil me digo, mientras la pantalla en blanco me invita a vaciar en ella una aproximación de lo que soy, y es que escribir sobre una misma es de lo más incómodo del mundo, porque una cosa es lo que tú ves de ti, tu, en tu introspección, y otra, la lectura de lo que los demás ven de o en ti, es como la imagen que el espejo refleja ¿eres o no esa realidad? Entonces ¿Qué les puedo decir? podría empezar diciendo que soy Venezolana, del país donde todo es posible, que mi decisión de vida es ser feliz y hacer feliz a los demás, decir que con varias décadas vividas tengo las mismas ganas y el mismo proyecto que cuando tenía 12, podría empezar por contar las cosas que me hacen feliz y que son mi día a día, soy lo que llaman multifacética, hago montones de cosas de las que les iré mostrando, pero básicamente soy actriz , para mí el teatro es mi forma de vida, lo practico desde mi más tierna infancia y me ha acompañado en las verdes y en las maduras también, el teatro es mi mejor amigo, con el aprendí a llevar mis propias tragedias con dignidad, a reconocer un drama a kilómetros, a vivir los ciclos y a cerrarlos una vez agotados, como las unidades aristotélicas, con su inicio, su clímax y su desenlace.
De él la constancia, la disciplina, aprendí a observar, planificar, investigar, crear, dibujar, disfrutar la vida como se disfruta cuando entregas tu instrumento (cuerpo y mente) a la creación maravillosa de un personaje.
Ser actriz me ha permitido ser en un momento de todo en la vida, astronauta, viuda, heroína, ave, mariposa, maestra, doctora, psicóloga, payasa y pare usted de contar. Cuando estaba en la escuela de teatro me molestaban los alumnos que eran enviados por psicólogos y psiquiatras a hacer teatro, con el tiempo fui suavizando mi apreciación y si, de no ser por la terapia del teatro mi desenlace no hubiera sido nada feliz.
A lo largo de esta carrera en el arte teatral, hemos experimentado el teatro en sus diferentes corrientes y espacios, el teatro clásico en la sala, con los espectadores sentados en la oscuridad, esperando disfrutar una función y el teatro que se hace en la calle en el que el espectador es parte protagónica del espectáculo y donde la espontaneidad y la improvisación juegan un rol vital, esta dinámica es especial para ejercitar los reflejos de los actores, siempre alertas, pues en la calle, todo puede suceder. Hacer teatro me hace feliz, en zancos , a pie, siempre volando, plena, pero llevar el teatro a lugares no convencionales , hospitales, cárceles, y a los barrios más vulnerables de mi país, me hace extremadamente útil, necesaria, ahí la magia se vuelve más luminosa, con aquellos que nunca han tenido la oportunidad de ver una representación, lograr que por un lapso de tiempo esas personas con un rosario de penas conecte en nuestra historia, se divierta y olvide sus dolores es realmente placentero.
También hago muchas cosas más, soy conductora del programa Sin Permiso, tres horas semanales de perdedera de tiempo, es genial, trabajo con una fundación atendiendo a personas con alguna discapacidad, pero esos cuentos, se los contaré otro día.