Las criptomonedas tienen valor… porque la gente que las compra y las vende cree que tienen valor... Nada más. Es un asunto de confianza más que de seguridad. Pensar, imaginar que una criptomoneda mercadeada por Venezuela, un país bajo sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea, un país con un proceso de hiperinflación, un país que se hunde con una caída anual del PIB cercano al 10% en los últimos 4 años, y que además no ha pagado, repito, no ha pagado, los intereses de sus bonos, de los bonos emitidos por el gobierno nacional y por Pdvsa, que se encuentra en default técnico, entonces, especular que ese bendito petro mercadeado por un país en esas condiciones va a convertirse en un competidor del bitcoin o de las otras criptomonedas en el mercado mundial es una perfecta idiotez, un escape onírico, una ilusión de tísicos.
El prospecto de compra establece que las controversias jurídicas que surjan en relación con el petro serán dilucidadas en los tribunales nacionales, en el TSJ venezolano, que entre otras cosas, está considerado ilegítimo por buena parte de la humanidad, y cuyo presidente está también sancionado y no puede entrar ni a los Estados Unidos ni a Europa, y que tiene otro TSJ electo y en funcionamiento en el exterior, es igual que martillar el último clavo del sarcófago del sueño críptico/monetario chavista.
No contento con toda esta serie de disparates y medidas esquizofrénicas, el gobierno nombra un flamante superintendente nacional de la Criptomoneda, que es el colmo de todos los colmos. El señor Carlos Vargas le avisa al mundo que nuestro nuevo signo monetario y salvador de la patria será una moneda preminada, es decir, más arrecha que el bitcoin, pues de esa manera el gobierno sabe a quién la entrega, quién la vende, quién la compra, quién la tiene… precisamente todas aquellas características que le dan un cierto valor al bitcoin, pues cuando se regula tal funcionamiento su valor se desploma en caída libre. El anonimato es un elemento en la formación del valor de esas monedas electrónicas.
Finalmente el petro, dice el sabio Vargas, será subastado, pues el truco de su éxito en los mercados mundiales, fíjense bien en lo dicho por nuestro sabio superintendente, el truco se basa en una plataforma… que pronto será revelada. Por ahora es un secreto de Estado. El secreto de la gloria. Mientras tanto… dame mi lápiz, toma tu petro, el lápiz es mío, el petro es tuyo. Víctor Bonifacio Vargas, devuélvele el lápiz a Delcy Facundo Cabello y déjame dormir tranquilo.
Y para colmo de males vean esta noticia del 5 de febrero en Reuters y Bloomberg… El bitcoin, la moneda digital más conocida del mundo, cayó el lunes más de 10% y se aproximaba a su menor nivel en tres meses, en medio de las crecientes preocupaciones por medidas regulatorias y prohibiciones a las operaciones con criptomonedas.
El precio del bitcoin en la plataforma cambiaria de Bitstamp, en Luxemburgo, cotizó en un mínimo de 7.289 dólares a las 14:30 GMT, y ya ha perdido más de la mitad de su valor desde el máximo histórico de casi 20.000 dólares alcanzado en diciembre.
La moneda digital, que se apreció más de 1.300% el año pasado, casi ha perdido un 50% en lo que va del 2018, a medida que más gobiernos y bancos refuerzan la cautela ante estas operaciones. La semana pasada, sufrió su mayor declive semanal desde el 2013.
El domingo, el banco británico Lloyds Banking Group dijo que prohibirá a sus clientes comprar bitcoin usando tarjetas de crédito.
La medida se sumó a prohibiciones similares aplicadas por gigantes financieros de Estados Unidos como J. P. Morgan Chase & Co y Citigroup ante el temor de que los prestamistas puedan ser señalados como responsables por pérdidas masivas en caso de un desplome en el valor de la criptomoneda. ¿No será que la vaina es una cripta moneda y no una criptomoneda?