Fuente
Vivir rodeada de niños es una fuente de curiosidades infantiles que si me pusiera a escribirlas todas podría hacer un libro.
No hay día que no me ría o sorprenda con las salidas ingeniosas que tienen los niños para resolver sus problemas diarios. También conservo una buena dosis de recuerdos de los míos cuando estaban pequeños. Trataré en este post de recordar y organizar algunas de ellas.
Yo he mantenido una relación incómoda con la escuela desde que me tocó sufrirla a partir de los cinco años de edad. Una vez una “colega” me preguntó con bastante malicia, que por qué había estudiado para ser docente si no me gustaba la escuela, le dije que para combatir al enemigo desde adentro. Se quedó mirándome y no me dijo nada.
Mi trabajo lo realicé en la etapa secundaria como profesora de castellano y literatura, pero también trabajé en la universidad en carreras donde se formaban a los docentes y allí sí que me di el gusto de cuestionar muchas prácticas que considero erróneas para la enseñanza, con la investigación de aliada y el estudio de diversas teorías, sin embargo, no hay nada que convenza más que las propias experiencias con los niños.
Cuando mi hija mayor comenzó su proceso escolar me angustié mucho, quería que la escuela fuese para ella un espacio óptimo para el aprendizaje, donde de manera menos rígida recibiera los conocimientos con aplicabilidad para la vida. Con útiles, lonchera, y miles de recomendaciones en el morral, iba ella todos los días a enfrentarse con mi monstruo. Llegó el momento de su primera evaluación y yo lo asumí como algo extraordinario, le acomodé sus útiles y le dije: “pinta todo bien bonito”. Cuando llegó a la casa no me quiso dar explicaciones de la prueba, evadía mis preguntas y se entretenía con el juego. Ya al final de la tarde me comentó de qué se trataba la misma. Una de las exigencias era pintar los objetos que tuvieran forma de círculo, me dijo entonces: “yo primero pinté la naranja y la manzana, pero como tú me dijiste que pintara todo bien bonito pinté también la silla y la mesa”. Ese día empecé a comprender que mi intromisión entre la escuela y ella se estaba pasando de la raya y empecé a soltarla.
Hoy asisto de espectadora al proceso de iniciación de mis nietos, tres de ellos nacieron en el año 2012, acuden al primer grado en la misma escuela, en dos salones distintos. Ya tuvieron su prueba diagnóstica. Las maestras desean saber qué nociones tienen de las letras y números. Uno de ellos ya sabe leer y se inicia en la escritura, los otros dos van a su ritmo, las respectivas madres les orientan y ellos iniciados ya en el mundo de la tecnología ven videos y juegos en internet, por lo que ya tienen conocimiento de formas, colores, vocales, consonantes, números, y preguntan los nombres de las letras para escribir en el teclado, uno de ellos está pendiente de la prueba y practica en el cuaderno viendo las letras en la pantalla, la mamá le dice que aprenda a hacerlas por su cuenta, porque en la prueba no va a poder ver y él se preocupa, se tapa los ojos y trata de entender cómo es que va a escribir en la escuela sin poder ver. La madre aún se ríe del juego de palabras y la interpretación que él hace de sus recomendaciones.
En otro momento ella le corrige porque está haciendo las letras muy grandes y le dice que tiene que hacerlas sobre las líneas y más pequeñas. Él las dibuja encima de las rayas y ella le vuelve a repetir que es sobre las líneas, él entonces le pregunta: “¿tú lo que quieres es que las haga en el espacio?” y la vuelve a escribir y la mamá ahora le asiente y le expresa que es así como debe hacerlas, entonces él dice: “Tú y la maestra no saben explicar, no es sobre la línea es en el espacio, como tienen que decir”. Ellos asisten también a clases de música y deben dibujar las notas en el pentagrama y allí sí se escriben sobre las líneas.
Son muchas las anécdotas que irán quedando de este proceso, cada vez que me cuentan algo nuevo les digo “escríbanlo para que no se les olvide”.
https://wordpress.org/plugins/steempress/ https://charjaim.timeets.com/2018/10/09/escribanlo-porque-se-olvida-vivencias-y-anecdotas-de-la-escuela-1/
Ja,ja,ja,ja la infancia tan bonita y tan única en cada quién. Mi niña quería copiarse los números de una regla y cuando le expliqué que en la prueba no podría hacer eso me respondió, "Ah, bueno entonces los escribo en un papelito pequeñito y lo saco sin que nadie me vea y luego los copio en la hoja" Ya sin saberlo mi hija quería usar una "chuleta".
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