Desde su aparición y vertiginosa propagación por casi todos rincones del planeta, el COVID-19 ha desatado en la población médica y científica una veloz carrera contra reloj en la búsqueda de diversas medidas tanto para su tratamiento, (una vez comprobada su incubación en el organismo), como también las medidas de prevención para las personas que sospechen haberlo contraído por empezar a sentir los primeros síntomas y evitar así ser alcanzados por el mortal virus.
Dada la exagerada agilidad con la que este mal se extiende ha llevado a la población en general a la búsqueda de los medicamentos indicados, ya bien sean farmacéuticos o caseros que los ayuden según sea el caso, a prevenir, combatir o erradicar este terrible flagelo. Pero en medio de toda esta tragedia que estamos viviendo, hemos olvidado otros puntos de suma importancia, que al igual que los medicamentos, nos son de mucha ayuda, como lo es, por ejemplo: mantener un estado físico en optimas condiciones. Es de suma importancia (dentro de nuestras posibilidades), tratar de estar lo mejor alimentados, consumir los alimentos diarios y necesarios: proteínas, minerales y vitaminas que nos ayuden a crear una barrera de protección ante cualquier enfermedad, ya que esto ayuda a mantener en alto nuestras defensas.
Practicar el deporte de nuestra preferencia lo que mayormente se pueda, ya que a través del ejercicio físico sudamos y cuando lo hacemos a través del sudor desechamos toxinas. Otro punto de sumo interés al igual que los anteriores, es la salud mental que debemos tratar de mantener ante este panorama. Debe ser lo más serena y calma posible. Debemos procurar tener sumo cuidado en cómo administramos el miedo y el temor, puesto que estos son energías y son las energías más bajas del universo, así como es el amor la energía más alta y por la cual debemos todos apostar.
Estudios clínicos demuestran que, si nos atemorizamos, automáticamente nuestras defensas bajan y por ende nuestro sistema inmunológico también y quedamos a expensas dejando las puertas abiertas a que cualquier enfermedad y no sólo la del Covid-19 porque una vez presas del miedo quedamos vulnerables.Recordemos que somos y generamos energía y es preciso este momento para recobrarla y trabajarla junto a la fe que es otro factor de suma importancia en estos tiempos, más aún si lo manejamos en grupo, inclusive en la distancia.
Enamorémonos de la vida y apeguémonos a ella, depuremos nuestro ser de todo lo tóxico que pueda haber en él, llenémonos de amor por el prójimo, enamorémonos de la creación de Dios y veremos cómo cambia nuestro entorno, porque habremos empezado a trabajar lo primordial y lo más esencial que es el nosotros. Este tiempo es de cambios de suma importancia para toda la humanidad, debido al resultado de todo lo que hemos estado padeciendo a lo largo de estos meses nos debe llevar a un momento profundo de reflexión y meditación sobre nuestro comportamiento y que esto nos ayude más que a reencontramos con nuestros seres queridos que se encuentran en la distancia, nos ayude a reencontrarnos con nosotros mismos con nuestro yo interno y que esta triste y desagradable experiencia nos permita dejar ver en cada uno de nosotros, la mejor de nuestras facetas.