Hoy, una mañana cualquiera. Me levanto, pero sin mcho ánimo. Hay poca comida en la casa. No es porque no se tenga dinero...Es que es difícil comprarla. No solo hay que buscarla. También hay que chequear que estés pagando lo justo por ella. La gente que la vende suele ser mala. Te explota y hasta te estafa.
Al salir olvido algunos accesorios muy importantes, y me doy cuenta luego de recorrer casi dos kilómetros de que no los llevo. Pero, ni modo, tengo que devolverme a buscarlos. El día seguramente me cobrará todo el tiempo perdido. Pero no importa. En realidad ya nada importa ya. |
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Vuelvo a salir, ya decidido a comprar los alimentos. Ya nada ni nadie me detendrá. Y, es cierto, entro al comercio...comparo algunos precios. Y, efectivamente, todo está relativamente más barato. Así que cuadro el número de productos con mi presupuesto... Calculo que lo que voy a comprar me va a durar unos 15 días mas o menos (mentira!). Aun así , decido hacer las compras.
Luego, llamo para que vengan a buscar las compras y las lleven a casa. Y listo. Fue relativamente rápido. Más de lo que pensé. Al menos terminé con eso.
Ahora trato detrasladarme a otro sitio, lejos de ahí. Tuve que caminar mucho. El sol estaba implacable y una pierna me dolía...Finalmente, llegué a una parada de transporte público. La gente hacía cola y estaba muy alterada. Las discusiones abundaban en el sitio. Todo eso, lo único que hacía era intensificar el dolor de cabeza que tenía desde temprano.
Al llegar la unidad de transporte, las cosas empeoraron. A la gente se le olvido la decencia, el glamour. Nos hemos convertido en poco menos que bestias del campo
Que dios nos ayude.
Amén