Todos ven que está de aquí para allá, de allá para acá. Todos los días haciendo las mismas cosas. Siempre con la misma rutina pero lo hace con entusiasmo, como sí eso fuera la causa de su felicidad.
Lo que hace no es nada del otro mundo, cualquiera podría hacerlo sin mayor esfuerzo y aunque lo hace sin ataduras, se le nota por dentro que esa es su cadena perpetua. Solo hay que observar sus ojos detenidamente cuando te los presta. Da una vuelta por sus colores, entra por el iris y encontrarás lo que te acabo de expresar.
Muy sonriente va y viene. Ayudando a todo aquel que le conviene. No es alguien sobrenatural ni con un don excepcional, solo es un simple alma que no sale de lo normal porque lo convierte en algo sensacional.
Podría hacer cualquier cosa ya que es muy brillante pero prefiere quedarse con lo que hace porque le hace revivir momentos especiales con personas que no se quedaron, de esas que van de paso o regresan de vez en cuando. Anhela volverlas a ver pero en el fondo comprende que sería muy extraño ese retorno. Solo acepta que las cosas están mejor como están pero sin dejar de lado esa esperanza que la ata.
Hubo una vez un ser que se atrevió a herir su alma mas cuando estuvo a punto de lograrlo apareció otro para salvarla y refugiarla. Esa alma indefensa, malherida y desecha necesitaba de muchos cuidados que solo ese ser le supo brindar. También le enseña es labor que ahora desempeña y es su vida entera. Pero como la vida no es color de rosas... Un día se marchó para nunca más regresar.
Dejo que su alma se fuera con él, porque esta se adhirió a él y luego no supo que hacer.
Paso el tiempo y el alma estaba más desolada que antes. Al rato se dio cuenta de que ese ser no se había ido por completo. Por lo que comenzó a hacer lo que hacía antes de irse fugazmente. Inició con las tareas básicas, después fue mejorando la técnica en sus labores diarias. Aunque no le iba tan mal en esto, se dio cuenta de que le faltaba algo más por hacer.
Recapacitó y entendió que le faltaba terminar de hacer lo que le enseñó. Así que eso que hace esa alma arduamente, eso que todos vemos día a día, eso que no es tan difícil pero para ella pues lo aprendió de a poco y con el paso de los años ha sabido sobrellevarlo. Eso que hace lo hace con tanto júbilo y regocijo por haberlo aprendido a la perfección.