Este lugar, que antes era un salón de fiesta, fue adaptado por un peruano de nombre René Cobeña, y desde agosto abrió sus puertas para los venezolanos.
Se ha expandido este sitio para convertirlo en un lugar donde llegan diariamente los venezolanos, entre otros migrantes.
“Durante este tiempo fuimos conociendo a muchas personas, el señor René quería formar un albergue para los venezolanos, para que no llegaran a un terminal o directamente a la calle”, dijo un joven que vive en el sitio.
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