Muy buenas noches, apreciados amigos lectores. Hoy les escribo un post de opinión que espero sea de interés.
La familia siempre ha estado frente a una gran responsabilidad: la educación de sus miembros y las políticas educativas lo han enfatizado a través de la tríada familia-escuela-comunidad, como una comunión necesaria para llevar el proceso educativo.
La familia en el contexto educativo.
Es un rol que, como grupo social, ha asumido en forma constante. Sin querer entrar ahora en generalidades ni en particularidades, vamos a revisar en forma sucinta cuáles son los retos que ha conllevado a colocarla en la palestra del proceso educativo.
Hace aproximadamente un año, como bien sabemos, la pandemia producida por el virus Covid-19 provocó paulatinamente tanto el cierre de las instituciones, como la delegación al grupo familiar de las obligaciones y responsabilidades educativas, con al apoyo de las nuevas tecnologías en comunicación e información.
Las clases se impartirán mediante TV educativa, radio, grupos de whatsapp, insertos en periódicos y apertura controlada de escuelas @telesurtv pic.twitter.com/b4ZmwTUJZI
— Leonel Retamal Muñoz (@LeonelTeleSUR) September 16, 2020
Fuente: Venezuela abre año escolar a distancia para proteger la salud
Lo que bien sabemos, es que históricamente ha sido una debilidad, tanto por parte de los equipos profesionales, como del mismo Estado, la formación de los padres en esta materia. Ahora, en tiempos de emergencia, se les ha exigido llevar de la mano un proceso para lo cual no están preparados.
Así, se ha tratado de llevar este complejo proceso a través de las tecnologías de la información y la comunicación; pero lejos de cumplir con las expectativas de un proceso altamente complejo, han quedado en entredicho las competencias de los entes responsables en materia de educación a distancia, sobre todo en los niveles de preescolar y primaria, ya que conforman los pilares fundamentales para el éxito de la prosecución educativa.
Improvisación, falta de recursos, fallas en servicios básicos como Internet y electricidad, salarios ínfimos, así como deficiencias tanto en maestros como en alumnos, marcaron los últimos cuatro meses del año escolar, impartidos de manera virtual debido a la pandemia. Este miércoles comenzó el período 2020-2021 con un panorama similar, quizá peor: sin política de Estado y sin un diagnóstico que permita evaluar lo que aprendieron los estudiantes y las condiciones y herramientas con las que cuentan docentes y educandos en este nuevo curso
Por: Ariany Brizuela
Fuente: La educación a distancia: un modelo fracasado en Venezuela