Sin duda alguna Venezuela se destaca por sus bellezas naturales, su ubicación geográfica es privilegiada, siendo un país rodeado de costa caribeña a su norte, más allá de lo malo es bueno llevar consigo los recuerdos buenos y aquellos anhelos que nos quedan tras la migración, hoy me encuentro en Santiago de Chile, casi dos años en este país y no dejo de extrañar Venezuela, no pasa un día en que no recuerde sus calles, su gente, sus vibras buenas, esa alegría tan extraña que todos tienen cuando te ven, la sonrisa del desconocido, hay un lugar, un pedacito del caribe que sin duda llevo en mi corazón y es Choroni, pese a que soy de los Andes venezolanos, siempre que podía me lanzaba una escapadita a esta belleza de lugar, rodeado de montañas de alta cumbre, neblina y demás; bajabas hasta las costas para arroparte de la calidez y el sol de las aguas del mar caribe, un total contraste, el frio olvidado atrás en las montañas pero que acompaña imponente ese calorcito del mar, esa brisa marina, ese olor a playa, hoy quiero recordar a través de fotografías que mi corazón sigue en el caribe, mi mente y todos mis sueños, espero volver y visitar nuevamente su belleza y poderme arropar con sus calidad y transparentes aguas.
El recorrido comienza subiendo la montaña como les comentaba, en este caso esta montaña es resguardada como parque nacional, específicamente el parque Henri Pittier, arropado de montaña húmeda, neblina y una carretera diminuta por donde pasan grandes autobuses que tienen que adelantarse y retrocedes en las curvas tan cerradas de esta zona casi virgen de Venezuela.
Recuerdo este viaje, tomamos autobuses desde los andes, pedimos a gente extraña que nos llevara en la tolva de sus camionetas, una mochila llena de aventura, junto a mi madre en ese momento que gozaba de gran espíritu aventurero, mi hermana y un amigo, nos aventuramos a Choroni, en donde por primera vez descubrí el amor que le tenia a Venezuela, pues ya había visto maravillas pero este pueblito es demasiado mágico y me envolvió totalmente, tanto así que volví en contadas ocasiones luego de esta aventura.
Cuando llegas al pueblo de Choroni te hipnotizan sus colores y sus calles pequeñitas y llenas de piedras, muy típico de épocas coloniales, caminas hasta el puerto Colombia en donde vas a ver en todo su esplendor el mar caribe, si te quieres dirigir a la playa principal de Choroni debes cruzar un paso que está cubierto de agua del rio que baja de la montaña, esto es mágico, agua dulce y salada juntas.
Necesito volver a pisar esta playa, necesito volver a mi país y verlo mejor, verlo superado y verlo fuera del sistema que tiene en este momento pues eso daña todo, invito a que se haga turismo consciente en Venezuela, aun queda mucho por hacer, pero estoy segura que con solo la rama del turismo de forma adecuada Venezuela se puede reconciliar con una mejor economía, vale la pena recuperar nuestro país, es doloroso ver como esta ahora, como lo deje atrás como muchos, pero lo cierto es que cada día lo extraño más y es que como olvidar estos paisajes que te hacen ser el chovinista más extremo del mundo:
Una vez escuche a alguien decir de que cada quien defiende lo que es suyo, para cada quien lo mejor es lo suyo, hablando de países, siento que Venezuela se envolvió en una capa de maldad absoluta, nos expulso literalmente, hoy estando en Santiago de Chile recuerdo con añoranza mi infancia, mis días en Venezuela, la gente que amo y he perdido y no podre jamás volver a ver, a veces quisiera que solo fuese una pesadilla y levantarme una mañana con mi familia abrazarlos, decirles lo mucho que les amo y comerme una arepa con queso blanco rayado y mantequilla, una taza de café y hablar de cualquier tontería, cada país es bello ante los ojos de sus coterráneos, he conocido algunas zonas de Chile, es bonito pero para mí jamás abra nada como Venezuela y es porque soy venezolana, no hay más nada que decir, espero pronto Venezuela sea realmente libre y muchos podamos finalmente volver, bendiciones y bendiciones para Venezuela y todos los países que necesitan este mensaje de lucha, porque más temprano que tarde la justicia actúa. Feliz Martes!
Yo creo que el que migra, siempre se va a sentir ajeno a donde este, podrá aparentar que la está pasando bien o realmente la está pasando bien, pero no existe nada como estar en casa