El régimen de Nicolás Maduro, que por años ha sido acusado de destruir una de las economías más prósperas de Latinoamérica, ahora está arruinando las finanzas de los venezolanos en el exterior, quienes se ven obligados a destinar parte de su presupuesto para enviar ayuda a sus seres queridos en el país petrolero. Muchos venezolanos residentes en Miami mensualmente asignan entre $200 a $300 para comprar comida a sus familiares y pagar el envío de esos alimentos que por lo general los mandan vía marítima mediante empresas de encomiendas. A ese dinero hay que sumarle el elevado costo de las medicinas, que también son escasas en Venezuela. Muchos de los venezolanos en el exterior comenzaron a sentir una mayor presión en sus bolsillos en la medida en que el 2017 vio un acelerado deterioro de la situación económica del país que profundizó la escasez de alimentos. Y la situación se agravó en diciembre de ese año cuando Maduro anunció una nueva regulación de los precios obligando a las tiendas a vender a precios muy por debajo de los costos de sus inventarios. Esa medida condujo a una ola de saqueos en varias zonas de Venezuela que empeoraron la escasez.