Nueve cosas que aprendí de leer un montón de libros.

1. La empatía es uno de los mayores activos de la humanidad. La razón por la que somos capaces de disfrutar de las historias es porque podemos fácilmente caer en los pensamientos, motivaciones y vidas de otros seres humanos. El origen de la palabra empatía proviene de una palabra griega antigua, la empatía, que significa pasión o afecto físico. Nuestra comprensión de otras personas inspira pasión en nosotros, la emoción. Los animales sociales como los perros son mucho más inteligentes que los animales solitarios como los gatos, porque tienen que ser construidos para entender a los demás. Nuestra empatía es en parte lo que nos hace inteligentes, y nos permite construir la sociedad en primer lugar, porque en realidad podemos ver a otras personas. Cuando lees un libro, estás empatizando, sintiendo pasión por los personajes. Usted está fortaleciendo su capacidad de entender a los demás, y así, mejorar la raza humana.

2. Filtramos nuestra visión del mundo a través de nuestra experiencia subjetiva. Nadie obtiene la misma experiencia leyendo el mismo libro, aunque las palabras siguen siendo las mismas. Aunque la realidad misma no cambia, nuestra percepción de ella puede. Combinamos palabras y experiencias con el sabor de nuestras opiniones y recuerdos. Esto significa que podemos cambiar la forma en que vemos la realidad basándonos en nuevos datos de entrada. Eso puede sonar simple, pero es un poder extraordinario que nosotros como seres humanos poseemos. Tal vez odias a un personaje en particular porque te recuerdan a un primo que solía intimidarte. Sin embargo, más tarde en el libro se revela su historia de fondo que trae a ese personaje a una nueva luz - tal vez su madre murió de cáncer, o su padre los intimidó y eso es todo lo que saben. Su percepción de este carácter entonces cambia, aunque el carácter no tiene, porque la nueva información se ha traído a la vida. A su vez, esto cambia la forma de ver a su odiado primo. Su primo todavía puede ser un matón, pero su percepción de su comportamiento ha cambiado.

3. Todos tenemos mundos internos. Mundos interiores privados que nadie más puede ver o tocar, excepto indirectamente. Ricos mundos interiores llenos de estrellas, sueños, pesadillas, deseos, deseos, fantasías, sombras de personas que conocíamos o que nunca conocemos. Construimos elaborado Nuestros cerebros son sólo alrededor de tres libras de peso, pero contienen. Y debido a la forma en que funcionan nuestros cerebros, estos mundos son infinitos. Como la infinidad del universo, podemos construir para siempre nuevos escenarios y sensaciones. Estos son los mundos interiores que alimentan los libros que el ser humano escribe. Y así nunca nos quedaremos sin libros para leer.

4. Muchos de esos mundos internos están llenos de mierda, pero eso no hace que esa persona sea depravada. Creo que la gente que no lee ni escribe a veces tiene dificultades para entender que la mayoría de la humanidad tiene pensamientos malvados. Las neuronas disparan en los ganglios basales y muchas veces no podemos controlar lo que pensamos. Muchos de nosotros pensamos impulsivamente saltar de puentes o apuñalar a un compañero de trabajo que mastica demasiado fuerte. Los libros son una manera de explorar impulsos oscuros y pensamientos, e incluso ver el humor en las profundidades de nuestras depravaciones intrínsecas. Y cuanto más lees, más te das cuenta de que estas profundidades internas nos dan una capacidad intrínseca para actuar horriblemente, pero rara vez se expresa.

5. La profundidad y la riqueza de la experiencia humana es el último dispositivo de entretenimiento. Los seres humanos son criaturas que miran el ombligo, pero eso no es realmente una cosa mala. Es cómo aprendemos acerca de nuestra especie, y continuamos nuestra supervivencia. Estamos entretenidos por nosotros mismos, y por otros que son como nosotros. La definición de una historia no puede existir sin un carácter. Y el personaje, salvo raras ocasiones, es humano o antropomorfizado. Incluso cuando la historia es desde la perspectiva de un perro o conejo, estamos entretenidos por las cosas que el animal hace que podemos relacionarnos. Leemos libros para vernos a nosotros mismos, y comprendernos a nosotros mismos, y ser entretenidos por lo extraño que somos. Es por eso que no hay historias exitosas de ficción sobre rocas inertes, o un amanecer. No somos nosotros, y no hay ninguna acción con la que podamos relacionarnos, así que es aburrido para nosotros.

6. Lo que usted consume forma a quién se convierte. La lectura no te hace inteligente o bien informado. Leer libros inteligentes te hace inteligente. Si desea tener una mayor amplitud de conocimiento, necesita leer de una manera variada. El esnobismo del libro puede limitar su alcance de la perspectiva, y el miedo de leer algo demasiado desafiador puede hacerle una anemia literaria si usted evita ciertos libros. Y no es sólo lo que lees, sino cómo lo lees, que te moldea. Si lees de manera pasiva, sin cuestionar el texto que tienes delante, no te permitirá formar tus propias pasiones y opiniones. Pero si lees vorazmente, con curiosidad y un escepticismo (también puedes aprender a leer así leyendo libros sobre este tema), entonces te enseñará lo que te interesa y te enciende, y lo que debes rechazar rotundamente.

7. Leer libros te enseña paciencia y te da poder. Sé que esto ha dicho antes de un millón de veces, pero cuando lees tienes que trabajar activamente para imaginar lo que está pasando. Y puede tomar varias horas o días para leer un libro, lo que requiere que usted aprenda a mantener la atención. Esto requiere una paciencia, pero también una deliberada deliberación para alejarse de la distracción, conectar el libro, y alimentar sus palabras de cerebro que debe transformar en imágenes. Y después de suficiente práctica, esta fuerza interior y resolución mejora con el tiempo, y se traslada a otras áreas que requieren enfoque.

8. Nunca tengo que estar aburrido. Cuando era niño llevaba un libro conmigo dondequiera que iba, a menudo varios libros conmigo, porque era casi insoportable aburrirse. Había leído cuando estaba cenando o en la bañera, para disgusto de cualquiera que tratara de llamar mi atención. A medida que crecí y se hizo menos socialmente aceptable para leer libros todo el tiempo, me detuve, pero todavía mantuvo el hábito de tener uno cerca en todo momento. Ahora, gracias a los libros electrónicos e Internet, casi nunca tengo que preocuparme de quedarme sin cosas para leer. He encontrado cosas ahora que me entretienen fuera de los libros, pero fueron los libros los que me hicieron darse cuenta de que soy el árbitro de mi propio entretenimiento. Es mi responsabilidad encontrar diversión y disfrute en las cosas, no en el mundo para proporcionarlo para mí. Y cuando me conecto a un libro, y comienzo a montar la ola de la historia, me doy cuenta de cuánta profundidad y riqueza puedo encontrar dentro de los espacios interiores.

9. Los objetos no son importantes, son sus pensamientos y recuerdos los que son importantes. Perdí la mayoría de mis libros cuando era más joven, y eso me ha sucedido varias veces durante mi vida adulta. Sé que hay muchos lectores que aprecian la fisicalidad de los libros - su olor y su peso - y los mantienen como colecciones. Pero perder todos mis libros me hizo darse cuenta de que no eran los libros en sí los que eran importantes, sino lo que me daban, y lo que todavía guardo, dentro de mi cabeza. Ahora, la mayoría de mis libros están en formato digital, pero no pierdo mucho cuando pierdo el objeto físico. (Por lo menos, si ya he leído el libro.)

Esto ha sido todo, gracias y espero lo disfruten.

@miguelang356 sígueme.