Esta es mi historia:
Cuando era niño vivía en el campo, mi abuelo salia muy temprano a trabajar y regresaba de noche.
En un día de lluvia cuando bajaba de la quebrada en el camino se encontró un perrito estaba lleno de lodo, lo llevo a la casa y me lo regalo para que yo lo cuide.
Cuando el perrito fue creciendo era diferente a los demás perros, nunca ladraba y paraba siempre solo.
Le gustaba salir de noche cuando nadie lo miraba saltaba la pared era bien ágil yo lo veía escondido, se iba a comer de noche y regresaba al día siguiente de madrugada con su barriga lleno.
Lo raro era que luego algunos vecinos le comentaban a mi abuelo que se les perdió su gallina o pollitos de su corral, bueno yo suponía que el era el que se los comía pero no decía nada para que no se metan con mi abuelo, lo extraño era que en mi casa teníamos muchos animales pequeños y nunca lo vi hacerle daño a un animal de mi casa.
Yo salia al campo a pastear las ovejas con mi zorro, siempre en la tardes para irnos a la casa yo silbaba y el venia corriendo, pero un día el no quería seguirme se me quedo mirándome en vez de venir se fue alejando con dirección a la quebrada volteando de rato en rato se desapareció, ese día llore por mi zorro pero sabia que ese era su hogar.
Al poco tiempo me fui de viaje a la ciudad pasando dos años regrese al campo, mi abuelo me envió a cuidar las ovejas como siempre, ese día estaba sentado en una quebrada sólito mirando a las ovejas en la pampa y de la nada siento ruido detrás mio era mi zorro el venia caminando me reconoció, era el no lo podía creer estaba mas sucio pero era el lo llame por su nombre.
Le tire un pedazo de pan el vino lo abrazo y jugué mucho con el, le di todo mi comida que llevaba siempre al campo en el atardecer yo le llame para irnos igual el no quiso venir conmigo porque entendí que el ya tenia su hogar.