He vivido lo que comentas en esta publicación de manera directa.

Vivo en un pais donde las malas noticias se suceden unas a otras como si de una cascada se tratase y donde la magnitud de la misma, en su nivel de repudio y maldad, es tal, que en muchas ocasiones es casi imposible creerlo.

Puedo asegurar que llego un punto donde abrir cualquier red social era un suplicio, las noticias e imágenes que allí pululan era terrible...pero, yo seguía entrando a esas redes; fue allí cuando me di cuenta que el responsable de la información que llegaba a mi era yo mismo. Desde ese momento empece a realizar procesos de depuración de contenido, manejando a quienes sigo y que fuentes de información consulto y puedo decir que los impactos informáticos que antes vivia se han reducido de manera importante.

Con respecto a la mayor resonancia de las noticias grotescas o negativas realmente es algo que aun hoy me genera curiosidad y creo que es parte de que dichas noticias son tan ajenos a nuestra propia esencia (por su nivel de maldad o crueldad) que pudiesen causar un mayor impacto y ruido en nosotros, lo que deriva en mayor consumo por parte de las personas de noticias de este tipo lo que determina en gran medida el tipo de noticia que los medios emiten para capturar al espectador (o puede que sea al contrario, que quien determine el contenido sean los medios y los consumidores terminan consumiendo lo que le entregan, este es un tema digno de debate).

Considero que debemos hacer un esfuerzo para que la información que llegue a nosotros sea del tipo que queramos, que sea contenido que nos haga crecer como personas y que nos haga sentir bien, es un esfuerzo que al final del día nos sera muy redituable.