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Ya hemos comentado en este blog alguna vez la necesidad de encontrar formas de almacenar la energía, para poder paliar el problema de las energías renovables y su "intermitencia".
Hasta ahora la mayorías de las soluciones a este problema propuestas y realizadas, se basan en el uso de baterías eléctricas combinando todo tipo de materiales.
Pero las baterías no solo son complejas de diseñar y fabricar sino que además siguen planteando un problema a la hora de reciclarlas después de terminada su vida útil.
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Por eso el nuevo proyecto de almacenamiento de energía en sal líquida de flúor, impulsado principalmente por DTU Mechanics y Seaborg Technologie, se ha puesto en marcha.
Con una alta densidad de energía, un bajo punto de fusión y un alto punto de ebullición, podemos calentar la sal hasta aproximadamente 700 grados sin evaporarla utilizando energías renovables.
Luego, la energía almacenada de la sal se utiliza para operar una turbina de vapor que puede generar energía nueva y verde y calor en la calefacción urbana.
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Según John Hald, miembro del grupo de investigadores de DTU Mechanics, la energía generada de forma renovable podrá almacenarse durante varias semanas.
El mayor problema actualmente es lo altamente corrosivas que son estas sales, por lo que parte del proyecto de innovación consiste en encontrar materiales que puedan retener la sal caliente sin oxidarse.
Una vez subsanado esto comenzará su instalación a gran escala y su comercialización.
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