En esta ocasión quiero compartir un corto análisis de dos aspectos que pueden ser muy debatidos bajo un marco utópico tomando en cuenta el fin de este año 2020 y el inicio de 2021, en donde la pandemia del sars - cov-2 genero una de las más trágicas pandemias en la historia de la humanidad como lo es la covid-19.
Como un drama de película, los escenarios políticos que se vienen gestando parecieran las trompetas del apocalipsis, vemos países que históricamente han estado enfrentados bajo sistemas políticos que han tenido una marcada divergencia política, pero que pese a objetivos comunes se unen para afianzar fuerzas y hacer crecer sus economías.
Puede significar en las mentes de muchos que puede ser una coincidencia y que no es una teoría conspirativa de dominación mundial, pero existen eventos que no parecen ser muy coincidentes que llegan a juntarse en un mismo tiempo que nos deja a la humanidad mucho que pensar.
Con todo el sufrimiento experimentado tras este largo año de agonía con la pandemia de la covid-19 en la que lamentablemente muchas personas han fallecido, al final del túnel parecer verse una luz llamada normalidad, que pareciera más bien una utopía en vista a lo difícil que ha sido poder recuperar esa normalidad tan anhelada del pasado.
Esta pandemia marco en nuestra historia contemporánea un antes y un después, porque justo cuando se están dando anuncios de las distintas vacunas, vemos una posibilidad de que las cosas vayan tomando un cierto tinte de normalidad, quizás no como la que estábamos acostumbrado en años anteriores, pero si en la que no veamos más seres queridos sucumbir ante lo que llamamos vida.
Ciertamente esa normalidad tan anhelada en esperanzas en las vacunas minimice la situación actual pero esa normalidad del pasado pueda significar para la humanidad el sueño más grande entre tantos, y no es por ser un hombre de pocas esperanzas, es que pienso que las ansias de dominación de cierto sector de la humanidad ha hecho que esta etapa se vea oscura, y en donde solo el tiempo y la historia que se escribe en los próximos 100 años dirá la realidad de esta realidad macabra que vivimos.
Más que una marcada utopía este evento tan indeseable debe tener una moraleja en todos nosotros como humanidad, y es que una pandemia como esta debe ser un punto de inflexión en el que sepamos que siempre hay momentos buenos y momentos como los que vivimos, y es que el que no conoce su historia está condenado a repetirla, y lo digo porque solo basta con mirar al pasado y darnos cuenta que este es un escenario que ya la humanidad lo ha vivido.
Esta y muchas razones de peso más me hace pensar que debemos de ser más conscientes de la vulnerabilidad y la fragilidad que somos como seres existenciales, esta hace que reflexionemos y respetemos más a nuestra naturaleza ya que tiene dentro de nuestra ecosistema elementos que demandan una evolución en la sociedad para obtener solidaridad y justicia social.
Si pasa el tiempo y no aprendemos la lección, entonces la historia nos juzgara porque tanta muerte y destrucción no pudo haber sido en vano, por la tanto esa tan anhelada normalidad a la que aspiramos pueda ser una utopía que más que hacernos infelices, nos invita a cambiar sobre las acciones que nos llevaron a estar en este punto tan álgido de la historia.
¿Es la globalización el fin de una utopía?
Es el final del año 2020 y el inicio del 2021 el nacimiento de una utopía que llama a la tan anhelada normalización ante esta pandemia, mientas que al mismo tiempo parece llegar el fin de una utopía en la que quizás en un pasado no tan remoto veíamos difícil la unión de sistemas políticos y religiosos que históricamente han estado enfrentado entre sí, por lo que si eso representaba una utopía en el pasado, entonces hemos llegado al fin de la misma, ya que la globalización nos trae el fin de la misma, y pues si, en lo particular yo pienso que la globalización ha hecho que lleguemos al fin de esa utopía de no ver nunca unidos a sistemas políticos y religiosos más unidos que nunca.
No es que esté en contra de un mundo más interconectado y globalizado, por el contrario pienso que la unión pacífica y honesta entre los diversos pueblos del mundo es lo que hace falta para la verdadera paz mundial, sin embargo sin justicia social es difícil que haya paz.
Históricamente ya estábamos acostumbrado a ver sistemas enfrentados entre sí, y que desde la caída del muro de Berlín no veíamos intento de unir pueblos bajo una sola ideología, la guerra fría también marcó un hito histórico para ver enfrentado dos modelos políticos y económicos entre sí.
Sin embargo en la actualidad vemos a China y Estados Unidos con ganas de unir esfuerzos y compaginar bajo objetivos comunes a pesar de seguir teniendo sistemas distintos, aunque como muchos sabemos el modelo económico de China es prácticamente muy similar al de Estados Unidos, por no decir el mismo.
La moraleja del caso, es que son grandes potencias a nivel mundial y que juntando esfuerzos a pesar de las diferencias pueden converger en tener dominios sobre las distintas sociedades a nivel mundial, creo que en lo particular seguiremos viendo en este mismo orden ideas ver abrazados como grandes hermanos a países y sistemas que han sido enemigos por años.
Si esto sigue en el mismo orden de globalización, quizás pronto veremos cristianos abrazados con musulmanes, budistas con gnósticos, y no es que sea malo, pero si estudiamos la historia, son años de guerra y enemistad, en la que una unión debe tener un trasfondo de revelación que anuncian nuevos tiempos en los que hay que estar muy claro del pasado histórico que ha tenido la humanidad para no caer en los errores del pasado.
Quiero dejar bien en claro que este es un artículo de opinión, por lo tanto lo aquí expresado son ideas muy subjetivas que pueden cambiar a razón del criterio personal de cada uno de mis amigos lectores, por lo que si opinas diferente, de igual manera será muy bien recibida tu opinión en los comentarios de esta publicación, mientras que al mismo tiempo sería magnífico un contraste de opiniones para generar un sano debate y analizar esta realidad en diversos contextos.
English
On this occasion I would like to share a short analysis of two aspects that can be discussed under a utopian framework taking into account the end of this year 2020 and the beginning of 2021, where the sars - cov-2 pandemic generated one of the most tragic pandemics in the history of humanity as it is the covid-19.
Like a movie drama, the political scenarios that are being developed look like the trumpets of the apocalypse, we see countries that historically have been confronted under political systems that have had a marked political divergence, but despite common objectives are united to strengthen forces and grow their economies.
It may mean in the minds of many that it may be a coincidence and that it is not a conspiracy theory of world domination, but there are events that do not seem to be very coincidental that come together at the same time that leaves humanity much to think about.
With all the suffering experienced after this long year of agony with the covid-19 pandemic in which unfortunately many people have died, at the end of the tunnel there seems to be a light called normality, which seems more like a utopia in view of how difficult it has been to recover that normality so longed for in the past.
This pandemic marked a before and after in our contemporary history, because just when the different vaccines are being announced, we see a possibility that things will take on a certain tint of normality, perhaps not like the one we were used to in previous years, but in which we will not see more loved ones succumbing to what we call life.
Certainly that normality so longed for in vaccine hopes minimizes the current situation, but that normality of the past could mean for humanity the greatest dream among so many, and it is not because I am a man of little hope, it is that I think that the desire for domination of a certain sector of humanity has made this stage look dark, and where only time and history that is written in the next 100 years will tell the reality of this macabre reality that we live.
More than a marked utopia, this undesirable event must have a moral in all of us as humanity, and that is that a pandemic like this must be a turning point in which we know that there are always good moments and moments like the ones we are living, and that is that he who does not know his history is condemned to repeat it, and I say this because it is only necessary to look at the past and realize that this is a scenario that humanity has already lived.
This and many other compelling reasons make me think that we must be more aware of the vulnerability and fragility that we are as existential beings, this makes us reflect and respect our nature more since it has within our ecosystem elements that demand an evolution in society to obtain solidarity and social justice.
If time goes by and we do not learn the lesson, then history will judge us because so much death and destruction could not have been in vain, therefore that so longed for normality to which we aspire may be a utopia that more than making us unhappy, invites us to change about the actions that led us to be at this point so high in history.
Is globalization the end of a utopia?
It is the end of the year 2020 and the beginning of 2021 the birth of a utopia that calls for the so longed-for normalization in the face of this pandemic, while at the same time it seems that the end of a utopia is coming, in which perhaps in a not so remote past we saw the union of political and religious systems that historically have been at odds with each other, So if that represented a utopia in the past, then we have come to the end of it, because globalization brings us to the end of it, and so if, in particular I think that globalization has brought us to the end of that utopia of never seeing political and religious systems more united than ever.
Not that I am against a more interconnected and globalized world; on the contrary, I believe that peaceful and honest union among the world's diverse peoples is what is needed for true world peace, yet without social justice it is difficult to have peace.
Historically, we were accustomed to seeing systems at odds with each other, and since the fall of the Berlin Wall we have seen no attempt to unite peoples under a single ideology. The Cold War also marked a historical milestone in seeing two political and economic models at odds with each other.
However, today we see China and the United States eager to join forces and combine under common objectives in spite of continuing to have different systems, although as many of us know, China's economic model is practically very similar to that of the United States, if not the same.
The moral of the case is that they are great powers on a global level and that by joining forces in spite of the differences they can converge in having dominion over the different societies on a global level.
If this continues in the same order of globalization, perhaps soon we will see Christians embracing with Muslims, Buddhists with Gnostics, and not that it is bad, but if we study history, these are years of war and enmity, in which a union must have a background of revelation that announces new times in which one must be very clear about the historical past that humanity has had in order not to fall into the errors of the past.
I want to make it clear that this is an opinion article, therefore what is expressed here are very subjective ideas that can change due to the personal criteria of each of my reader friends, so if you have different opinions, your opinion will be very well received in the comments of this publication, while at the same time it would be great to contrast opinions to generate a healthy debate and analyze this reality in different contexts.
Gracias por escribir en español !
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