¡Ahora sí!, Hola Steemit

¡Hola comunidad! Hoy, oficialmente, me presento ante ustedes y hago mención a lo de “oficial” porque intenté incursionar en este mar desconocido y terminé revolcada con la primera ola que avisté. En fin, la vida está llena de inciertos y sólo toca asimilarlos y extraer lo positivo para levantarse y domar esa ola con estilo y experiencia (ojo, dejo claro que no practico surfing, windsurfing, skimboarding, ni siquiera natación y confieso no tengo remota idea cómo hacerlo, pero todo empieza con preparación e intención y es lo que cuenta al final).

Retomando el tema de los inciertos, reconozco que me dejé llevar de la mano por la idea de “esto es una red social, subo una imagen con un pie de foto que llame la atención, algo bastante breve y así culmino mi labor steetmiano por hoy”. ERROR, y sí, subestimé la plataforma y, en cierto modo, dirijo algo de agradecimiento a mi primer comentario, señor @olivercambrano, aunque admito sentí emoción al visualizar esa nube acompañada del número 1 “mi primer comentario”, al que fui con emoción ver, como niña pequeña cuando abre un regalo, y al terminar de leerlo se me descorazonaron las intenciones. Pero aquí estoy, otra vez, sin ánimos de desfallecer y consciente de que son procesos naturales de la vida, esa misma vida que está llena de segundas oportunidades y yo aprovecharé la mía. Además, me comprometo con aquel señor desconocido para que visualice mis fututos post (porque pretendo quedarme navegando en estas aguas) donde desarrollaré el texto de “tentaciones de un cordero”, esperando la opinión de muchos más.

Sin tanto que decir, aquí estoy, una vez más me antepongo ante Steemit para presentarme como muchos se merecen, con respeto y mejor informada (ya sabrán ustedes con eso de los tags, la extensión, el manejo de imágenes y disposición del texto en general) y lo hago retomando el primer párrafo de mi anterior y frustrado post (porque lo primigenio siempre tiene algo especial que se aprecia).

Mi nombre es Enny Cordero, este es mi primer post y quiero comenzar este camino mostrando lo que me ha caracterizado en la vida, ser un cordero. Ahora busco ser ese cordero, pero con deseos de volar a la luna, lejos de mi granja.

Antes de contarles un poco sobre mí, les explico que mis palabras se basan principalmente en el significado del tatuaje plasmado en mi espalda.

Ahora sí. Provengo de una pequeña ciudad de Venezuela, un lugar bendecido con hermosas playas y días resplandecientes, con ese sol que nos hace terminar sudados, acalorados y hasta con cachetes rosados y quemados, pero estirados de felicidad cuando amanece un bonito día (“felicidad” paradójicamente cierto, para los que conocen la situación de mi país).

De la costa soy y si la lógica nos acompaña, amante de la comida de mar, un pescado frito, asado, en sopa, a la parrilla, crudo y en las sin fines de presentaciones que se quieran desfilar a mi boca; mariscos, moluscos, conchas, todo lo que el mar provea me lo como con gusto, porque cuando de comer se trata no desvarío.

Hija mayor de un par maravilloso y hermana de un distintivo ser, “mi lado oscuro de la vida” y no lo digo con sentido retorcido, sino porque literalmente lo es…

Fiel discípulo de la ciencia, por ello decidí estudiar “química industrial” como mención en mi educación media (con miras en medicina, aunque es cierto que la afinidad se rompía entre los dos mundos, así soy, en ocasiones). Una vez culminada la secundaria preparé mis maletas, una llena de ropa y banalidades, y la otra (más pesada) con ilusiones, sueños, experiencias que tildar en mi lista, aspiraciones a flor de piel y, claro, también aportaba peso la pesadumbre de ya no convivir a diario con el trío de personas a las que me acostumbré a acaparar sus atenciones, sus palabras, sus anécdotas, su cariño, la comida de mamá, incluso hasta los regaños y mandados.

Ese fue mi primer viaje a la luna. Fui a estudiar mi carrera universitaria a una ciudad diferente, a incursionar la vida como persona singular y lo supe sobrellevar bastante bien (sin ánimos de presumir). Una vez instalada en mi nuevo mundo, decidí dejar atrás las fantasías médicas y quise ofrecerme la oportunidad de continuar en lo que me apasionaba: análisis matemáticos, invención, resolución de problemas con herramientas científicas; un universo de perfección, por esa razón decidí estudiar ingeniería.

La experiencia laboral para darle fin a mi carrera universitaria fue sencillamente formidable, cuando le pones pasión y entusiasmo a un trabajo, el resultado siempre será satisfactorio y terminará siendo los recuerdos que se atesoran con el tiempo.

Y aquí estoy, buscando darle fin a mi presentación y detener mis pensamientos deslenguados, dispuesta a aprender más sobre esta comunidad y esperando recibir sus consejos para seguir mejorando. De hecho, uno de mis seguidores @zeleiracordero me sugirió adentrarme en el mundo cervantino @cervantes para entender mejor las proezas que ofrece a la comunidad hispana. En ese sentido, tomando consejos y sin querer atravesar la línea del abuso, te añado a mi tag.

Un placer presentarme ante ustedes, ¡nos vemos en la luna Steemians!