Desde que tengo memoria uso lentes, así que si alguien puede hablarles con propiedad acerca de lo que conlleva usarlos en tu día a día, esa soy yo. Todo comenzó por allá cuado yo tenía como 5 o 6 años, si mal no recuerdo. La pequeña María estaba aprendiendo a leer, y absolutamente todo cúmulo de letras que se le atravesaban queria intentar descifrar. Un día llego a su ojos un letrero que por mas que observaba y observaba no era capaz de decirle a su madre que rayos era lo que decía, pero no porque no comprendiera las letras, no porque no supiera leer, si no porque ni siquiera lograba saber cuales eran las letras, puesto que no veía. Si amigos, la pequeña María necesitaba lentes.

A partir de ese día comenzó mi vida con lentes. Al principio como todo niño, los odiaba, sentía una gran molestía al usarlos, era como que mis ojos y mi rostro no se adaptaban a cargar ese perol encima. Pero después de un tiempo me acostumbré, además de que como siempre me ha encantado leer, el hacerlo sin lentes, después de un rato hacia que me doliera la cabeza, así que poco a poco ellos se fueron haciendo parte de mi. De ese entonces para acá ni se imaginan la cantidad de modelos que he tenido de lentes, recuerdo que hubo una época en la que mi mamá les colocó a mis lentes una cuerdita con perlitas, para que cuando me los quitara me colgaran en el cuello y no se me perdieran. Esa fue una de mis peores épocas, literal parecia una pequeña abuelita. Más adelante tuve unos lentes rojos de pasta gigantes que eran mas grandes que mi rostro, y como no unos de los redonditos estilo Harry Potter. Cabe destacar que en ese aspecto mi mamá siempre me dejo gran libertad para elegir los modelos que a mi me gustaran, aunque ahora no estoy muy segura de si eso fue una buena idea jajaja.

Las personas que usamos lentes (que somos ciegas) sabemos que este asunto de usar lentes tiene un montón de efectos colaterales que repercuten directamente en nuestro estilo de vida, cosas que otros pueden pasar desapercibidas, pero para nosotros es algo común, y hoy les voy a mencionar algunas de ellas...

Normalmente uno suele quitarse los lentes para las fotos, pero cuando se te olvida, dependiendo de la fuente de luz puede que termines con un parche completo en tus ojitos, o en uno de ellos, ya que toda la luz termina reflejandose en el cristal.